Washington, 9 may (EFE).- Estados Unidos pidió este martes “respeto” a la democracia y el Estado de derecho tras el arresto del ex primer ministro paquistaní Imran Khan, en una violenta operación que provocó enseguida el estallido de protestas en las principales ciudades del país.
“He visto los reportes. Lo que nosotros queremos es asegurarnos de que lo que ocurra en Pakistán sea consistente con el imperio de la ley y con la Constitución”, dijo en una rueda de prensa el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken.
En otra comparecencia, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, aseguró que “Estados Unidos no tiene una posición a favor de un candidato político o un partido frente a otro”.
“Pedimos respeto a los principios democráticos y al Estado de Derecho alrededor del mundo”, dijo la vocera del presidente, Joe Biden.
Las palabras de Estados Unidos se suman a otras declaraciones de preocupación, incluidas las de la Unión Europea (UE), quien instó este martes a Pakistán a mostrar “moderación” después del arresto de Khan.
Además, Naciones Unidas ha anunciado que seguirá el proceso judicial contra Khan para garantizar que sea justo.
Por su parte, el ministro británico de Exteriores, James Cleverly, de visita a Washington para reunirse con Blinken, dijo que todavía desconoce los detalles del arresto, pero también pidió respeto por la ley.
“El Reino Unido tiene una estrecha relación desde hace años con Pakistán. Somos socios de la Commonwealth. Queremos ver una democracia pacífica y un Estado de derecho en ese país”, afirmó el jefe del Foreign Office.
El Pakistán Tehreek-i-Insaf (PTI), la mayor fuerza política de Pakistán, llamó a sus partidarios a hacer frente al arresto del líder de la formación, el carismático Imran Khan, detenido este martes por fuerzas militares en un violento operativo en Islamabad.
El ex primer ministro, desalojado en una moción de censura por su rivales hace más de un año, es el líder político con mayor simpatía en el país pese a los numerosos casos judiciales presentados en su contra en los últimos meses.
Su arresto eleva la tensión en este país que ha visto en otras ocasiones intensas y violentas protestas para defender al político.
Un grupo de manifestantes irrumpió a la fuerza en la base del todopoderoso Ejército de Pakistán, en medio de un estallido de violencia en varias partes del país tras la detención.
Decenas de personas con varas en mano se aproximaron en la tarde del martes a las inmediaciones del cuartel general del Ejército de Pakistán ubicado en la ciudad de Rawalpindi, en la provincia de Punyab, y golpearon las puertas de entrada hasta abrirlas, según pudo verse en varios vídeos compartido en medios paquistaníes.