Nueva York, 11 jul (EFE).- Naciones Unidas considera que, en sociedades con baja fecundidad y altas tasas de envejecimiento, la inmigración supondrá “el principal motor de cambio” y de dinamización demográfica, desde ahora y hasta al año 2100.
En su informe ‘Perspectivas de la población mundial 2024’, publicado hoy y elaborado por su Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, la ONU detalla que las migraciones internacionales serán el primer factor de dinamización poblacional en 52 países del mundo hasta 2054 y que esa cifra subirá a 62 naciones para 2100.
“Las migraciones internacionales están entre las grandes tendencias demográficas que configuran nuestro mundo. Si gestionamos los retos y aprovechamos las oportunidades, podremos acelerar los esfuerzos para lograr un desarrollo inclusivo y sostenible”, resalta Naciones Unidas en el documento.
Además, especifica que para países con niveles de fecundidad “relativamente bajos” -y cita ahí a Australia, Canadá o Estados Unidos- la inmigración hará que continúe el “crecimiento de la población”.
En Estados Unidos, por ejemplo, la población en 2054 y en 2100 sería un 13 % y un 36 % menor, respectivamente, “sin la contribución de la inmigración”, resalta el estudio de la ONU.
Y es que, sumada a la reducción de la mortalidad, la inmigración “ayudará a contrarrestar” una tasa de fecundidad por debajo de nivel de reemplazo (2,1 hijos por mujer) y permitirá que sus poblaciones sigan aumentando en las próximas décadas también en países como Dinamarca, Finlandia, Islandia, Irlanda, Países Bajos, Noruega y Suiza.
“En una población cerrada a la migración, cuando la fecundidad se mantiene por debajo del nivel de reemplazo durante un periodo prolongado, el número de mujeres en edad reproductiva empieza a disminuir”, advirtió la ONU, que estima que el número de mujeres en edad reproductiva de estos países disminuya un 33 % entre 2024 y 2054.
En cuanto al factor de la emigración, Naciones Unidas considera que, por lo general, “no tiene un gran impacto” en el tamaño poblacional de los países emisores de emigrantes, excepto en aquellos que cuenten con una “fertilidad ultrabaja” (menos de 1,4 hijos por mujer), donde “probablemente contribuya de forma considerable a reducir” su número de habitantes hasta 2054.
“En estos países, la creación de más oportunidades de trabajo decente y el fomento de la emigración de retorno pueden ser enfoques a explorar y podrían ser más eficaces para frenar el descenso de la población a corto plazo que las políticas dirigidas a aumentar los niveles de fertilidad”, esgrime la ONU alertando igualmente de los efectos que conlleva disminuir notablemente la proporción de ciudadanos en edad de trabajar.