Naciones Unidas, 11 mar (EFE).- La Organización de Naciones Unidas no ha tenido en sus ochenta años de historia una mujer en la Secretaría General, la cúspide de la institución, pero un grupo de lideresas procedentes de todo el mundo trabaja por que el reemplazo de António Guterres sea por fin una mujer.
Estas 75 lideresas, agrupadas en la organización GWL Voices, han traído esta idea a la sede central de la ONU en la 'semana grande' del feminismo internacional como es la 69 Comisión para el Estatuto de la Mujer (CSW), que se celebra desde el lunes en Nueva York. La campaña se llama #MadamSecretaryGeneral.
En un mundo en crisis, “¿qué persona tiene la capacidad de juntar, de reunir, de ser un amigable 'componedor' neutral en los temas más delicados? Una mujer (representaría) un cambio de estilo, un cambio de liderazgo, con una agenda de reformas clara”, señala en entrevista con EFE la ecuatoriana María Fernanda Espinosa, directora ejecutiva de GWL Voices.
Espinosa, que ha sido embajadora de su país en dos ocasiones y ministra en cuatro, es una de las cuatro únicas mujeres que ha presidido la Asamblea General de la ONU (en 2018), y su nombre ha sonado como una de las posibles candidatas para la Secretaría General, aunque ella no lo confirma ni quiere personalizar esa batalla.
“Nuestra campaña es por una mujer, no hacemos campaña por ninguna candidata en particular. Mirando solamente a Latinoamérica hay cientos de opciones”, dice, sin citar ningún nombre.
La mención a Latinoamérica no es casual, toda vez que una regla no escrita en la ONU dice que el cargo de secretario general debe ser rotatorio entre los grupos regionales, y ahora le tocaría el turno a América -tras el africano Kofi Annan, el asiático Ban Ki-moon y el europeo António Guterres-.
Dentro de Latinoamérica, suenan los nombres de la expresidenta chilena Michele Bachelet y de la primera ministra de Barbados Mia Mottley, además del de Espinosa. Las tres han sido incluso objeto de sondeos de opinión más o menos informales entre personal de la ONU, pero la ecuatoriana no quiere entrar en esas cábalas.
Insiste en que las candidaturas no dependen de las personas, sino de los Estados miembros, que son quienes presentan a sus postulantes en el largo proceso de elección que debe pasar por el Consejo de Seguridad y superar los eventuales vetos.
Hasta ahora, GWL Voices asegura contar con la opinión favorable de 81 países a que el relevo de Guterres sea una mujer, pero eso debe traducirse en nombres concretos de candidatas.
Infrarrepresentadas en el mundo multilateral

GWL Voices ha traído a Nueva York un estudio histórico de 54 estructuras de la ONU y organismos multilaterales (como la banca internacional o las cortes de Justicia) y sus conclusiones son apabullantes: desde 1945, las mujeres solo las han dirigido en un 13 % de ocasiones.
De los 193 Estados miembros, 73 nunca estuvieron representados ante la ONU por una embajadora, y 64 lo han estado solo una vez. En 2024, solo un 21 % de los embajadores eran mujeres. Y la Asamblea General ha celebrado 20 veces su periodo de sesiones en septiembre sin una sola mujer entre sus participantes.
La que más tarde fue secretaria de Estado de EE.UU., Madeleine Albright, fue antes (en 1993) embajadora ante la ONU, y como tal se sentaba en el Consejo de Seguridad; solía bromear sobre que las reuniones eran “catorce trajes y una falda”, porque siempre estaba rodeada por hombres.
Espinosa opina que la lucha por un mayor espacio para la equidad en la ONU es algo más que un lujo de países ricos, ya que trasciende las diferencias políticas, y no cree que las habituales fracturas entre 'el norte rico y el sur global' se reflejen en esos empeños por la equidad.
Además, subraya que a una mujer, venga de donde venga, siempre va a tener más alto su nivel de exigencia: “Es casi una regla que a las mujeres se nos pide más, hay un mayor escrutinio de la sociedad sobre nosotras. El mundo de las mujeres en política y en los espacios de tomas de decisión no es fácil”, concluye.
