Naciones Unidas, 25 abr (EFE).- La nueva bandera de Siria se ha izado este viernes por primera vez en la sede de la ONU en Nueva York y se ha unido así al resto de estandartes de los países miembros del organismo internacional en un evento que contó con el ministro de relaciones exteriores de Siria, Asaad al-Shibani.

El ministro aseguró que se trata de un “momento histórico” en la sesión informativa sobre Oriente Medio del Consejo de Seguridad, en la que es la primera aparición pública de un funcionario de alto rango del nuevo Gobierno sirio en Estados Unidos desde la caída del régimen del presidente Bachar al Asad en diciembre.

“Esta bandera no es solamente un símbolo sino la proclamación de una nueva existencia que surge después del sufrimiento, que consagra un futuro basado en la resiliencia y la promesa de cambio tras años de dolor”, aseguró al-Shibani frente al Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York.
La nueva bandera cuenta con tres estrellas, se denominaba “revolucionaria” y era la utilizada anteriormente por los grupos de oposición al régimen de Asad durante la guerra civil. Ésta reemplaza así a la anterior con dos estrellas como emblema del país.
A pesar del cambio de Gobierno, el embajador de Siria frente a las Naciones Unidas, Koussay Aldahhak, no ha sido relevado. El nuevo régimen decidió mantener al representante como una señal de continuidad, aunque no se sabe sI se producirá algún movimiento en un futuro cercano.
Esta semana, una delegación de funcionarios sirios viajó a Estados Unidos para asistir a las reuniones del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington y a encuentros de la ONU en Nueva York, pero no se sabe si se verá con el Gobierno del presidente de EE.UU., Donald Trump, como parte de la visita.
Las nuevas autoridades de Damasco están tratando de ganarse el favor de EE.UU. con la esperanza de que se levanten las sanciones impuestas a Siria -que siguen vigentes, aunque con un alivio temporal en algunas de ellas- y sus aliados, a raíz de la represión de Asad a las protestas antigubernamentales de 2011 -Primaveras Árabes- que acabaron en una guerra civil que se alargó durante más de una década.
El Gobierno de Trump todavía no ha reconocido oficialmente al actual gobierno sirio de Ahmad al-Sharaa, que lideró la ofensiva que derrocó a Asad y cuyo grupo sigue siendo designado por EE.UU. como una organización terrorista.