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La larga marcha de las mexicanas al poder: cómo Claudia Sheinbaum alcanzó la presidencia

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Ciudad de México, 7 jun (EFE).- Detrás de la futura primera presidenta de México, Claudia Sheinbaum, hay más de siete décadas de avances políticos y sociales que han pavimentado el camino para que una mujer pudiera aspirar y llegar al más alto cargo en el país, señalan este viernes expertas consultadas por EFE.

Comenzando por el derecho al voto en 1953, nueve años antes del nacimiento de Sheinbaum, las mujeres se abrieron paso a marchas forzadas en la política, un terreno históricamente dominado por los hombres, en el que aún queda mucho por equilibrar, según explican.

Feminismo y partidos políticos 

Los movimientos feministas han sido el motor de cambios legislativos y culturales que han aumentado la “conciencia política sobre la importancia de la igualdad de género en todos los ámbitos”, expone María de los Ángeles Estrada, directora ejecutiva de la iniciativa de transparencia, anticorrupción y digitalización del Tecnológico de Monterrey.

La especialista también destaca el papel “fundamental” de los partidos políticos para promover la participación de las mujeres y seleccionar candidatas para puestos de elección popular.

“Son los hombres dándonos, abriéndonos espacio. Puede que no les guste y que en muchas ocasiones lo hagan única y exclusivamente por mero pragmatismo político, pero, sea como sea, esos espacios se han abierto desde los partidos”, comenta Estrada.

Muchas mujeres han aprovechado esos huecos para desarrollar su liderazgo político, continúa la especialista, como Sheinbaum, quien antes de aspirar a la presidencia fue la primera jefa de Gobierno electa de Ciudad de México (2018-2023).

De las cuotas a la paridad de género

Las cuotas de género, implementadas en 1996, han sido cruciales para aumentar la inclusión de las mujeres en la política, explica Sophia González, investigadora del Tecnológico de Monterrey.

Al inicio, la condición era que al menos el 30 % de los aspirantes a cargos legislativos fueran mujeres, cifra que subió a un 40 % en 2002 y a un 50 % en 2014, cuando se estableció la paridad de género como principio constitucional.

Como resultado, la representación femenina en la Cámara de Diputados pasó del 17 % en 1997 al 48 % en 2018, y en el Senado alcanzó el 49 % en la Legislatura 2018-2024, apuntó la experta.

La reforma de 2019 también fue clave para ampliar la paridad en todos los cargos de elección, en los tres poderes y todos los niveles de gobierno, así como en organismos autónomos, incluyendo pueblos y comunidades indígenas, agrega Ana Elena Vélez, también investigadora del Tec de Monterrey.

Estrada también destaca la importancia del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), creado en 2001, en la promoción de políticas de igualdad y empoderamiento, así como las capacitaciones de organizaciones civiles para preparar a las mujeres para roles de liderazgo político.

 Del techo al precipicio de cristal

La líder oficialista, sucesora del presidente Andrés Manuel López Obrador, tendrá el reto de no caer en el “precipicio de cristal”, un concepto que se refiere a la falta de “margen de error a las mujeres que llegan al poder en tiempos de crisis”, advierte Angélica Maldonado, política feminista de la organización Aúna México.

“La expectativa de la sociedad es que en poco tiempo se resuelvan los problemas que vienen de antaño y que, además, hay que decirlo, han sido problemas, responsabilidad de hombres en el poder, lo han hecho muy mal y esperan que nosotras resolvamos una situación de 200 años de malas decisiones”, sentencia la experta.

Maldonado también subraya que es crucial avanzar en la “democratización de los partidos” con una verdadera paridad total, que no solo implique el mismo número de puestos, sino un poder “realmente distribuido entre las diversidades que existen en la sociedad mexicana”.

La especialista remarca que la sociedad debe estar consciente de que “no le puede exigir milagros a nadie”, aunque sí debe participar, exigir y hacer equipo con la próxima presidenta y su Gobierno, que por ley también debe ser paritario.

Antes de Sheinbaum, quien ocupará la silla presidencial a partir del 1 de octubre, hubo 65 presidentes y solo cinco mujeres candidatas al cargo, pero ella pasará a la historia con la mayor cantidad de votos de la historia, más de 35,9 millones.

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