Miami (EE.UU.), 24 nov (EFE).- Líderes empresariales advirtieron este lunes durante el World Strategic Forum (WSF) en Miami que el nuevo orden comercial global se dirige hacia una compleja “reorganización moderada”, en la que la seguridad nacional es la lente principal de las políticas económicas y la competencia de China se intensifica.

“Es la primera vez que Estados Unidos, o cualquier otro país, se enfrenta a un adversario, si se le puede llamar así, que no solo es una superpotencia económica, sino que también posee capacidades militares y tecnológicas”, dijo el director ejecutivo del Canadian Business Council, Goldy Hyder, en este foro estratégico que se celebra entre este lunes y el martes.

La pujanza de China con respecto al hemisferio occidental fue uno de los temas destacados durante la charla, que estuvo centrada en el realineamiento: comercio global y la seguridad en las cadenas de suministro.
Para ello, los economistas destacaron que Pekín está “redoblando su modelo de crecimiento impulsado por las exportaciones y su política industria”, a pesar de una demanda interna débil, y coincidieron en que, gracias a ello, dominará la cadena de suministros manufacturare global.
Poco afectarán las medidas que Estados Unidos tome para ralentizar el ‘boom’ del gigante asiático, según el economista jefe de Fitch Ratings, Brian Coulton.
“China va a redirigir el comercio a través de otros países, probablemente va a invertir más en el resto del mundo para poder producir más fuera de China”, sostuvo, antes de opinar que el patrón en el que China es el principal usuario y Estados Unidos el consumidor no cambiará.
La directora ejecutiva de Litore Partners and Wolverine Global Incorporated, Lisa Gordon Hagerty, sumó a Rusia a esa ecuación, y destacó que Occidente debe decidir si acepta el nuevo orden que buscan Pekín y Moscú o mantienen el orden liberal de mercados libres.
Añadió que, además de una cuestión económica, este cambio de orden también respondía a una crisis de “energía y de seguridad nacional”.
“La seguridad es ahora una lente, y lo ha sido durante algún tiempo. Pero se está amplificando aún más, y se centra en ciertos aspectos”, precisó Coulton.
Quien ha perdido terreno en esta reorganización del comercio global es la Unión Europea, sobre la que el fundador de BSC, Bernard Spitz, señaló que enfrenta complicaciones “en términos de velocidad de adaptación”.
La división en 27 países y la ausencia en “un campeón europeo”, puesto que dejó entrever que en Europa se buscaba mantener la competitividad interna, son dos de los principales motivos, argumentó.
“Tenemos un superávit de 200.000 millones con respecto a EE.UU., y tenemos un déficit de 300.000 millones con China”, sentenció sobre el papel intermedio de Europa.
Sobre los aranceles que el presidente estadounidense, Donald Trump, Coulton opinó que no van a desaparecer en el corto plazo e indicó que eran una forma de obtener ingresos ante el gasto excesivo.
En este sentido, el creciente endeudamiento público de Estados Unidos y el resto de economías grandes del mundo fue uno de los principales temores macroeconómicos que destacaron los expertos a corto plazo, seguido de la necesidad de asegurar la fuerza laboral del futuro ante el efecto de desplazamiento por la inteligencia artificial.


