Toronto (Canadá), 1 abr (EFE).- La Iglesia católica ha reconocido sus “errores del pasado” por el papel que jugó en las residencias escolares de Canadá, donde 150.000 niños indígenas fueron internados a la fuerza y miles sufrieron abusos.
El “convenio sagrado” en el que lo admite, el primero de esta naturaleza en Canadá, se dio a conocer este lunes y fue firmado el Domingo de Pascua en una ceremonia privada por la archidiócesis de Vancouver y la diócesis de Kamlooops (en el oeste de Canadá) con el grupo indígena tk’emlúps te secwépemc.
La archidiócesis señaló que el papa Francisco envió un mensaje ante la firma del acuerdo en el que expresó que “espera que este generoso gesto sea un paso más en el camino de la verdad y la reconciliación”.
El pacto “clarifica la ‘Doctrina del Descubrimiento’ al afirmar la dignidad y los derechos de los pueblos originarios, rechazando injusticias pasadas”, señalaron en un comunicado conjunto tanto la archidiócesis como los tk’emlúps.
En 2023, el Vaticano renegó de la “Doctrina del Descubrimiento”, la ideología que amparó desde el siglo XV la colonización de América y África “en nombre de Dios” por parte de los reinos de España y Portugal.
El “convenio sagrado” también estipula compromisos como el recuerdo de los estudiantes indígenas que fueron enviados a las residencias escolares, así como que la Iglesia católica facilite el acceso a registros históricos para revelar “la verdad” de lo sucedido en los internados.
La jefa de los tk’emlúps, Rosanne Casimir, señaló que tanto la archidiócesis de Vancouver como la diócesis de Kamloops “han dejado claro que se embarcan en este nuevo viaje de verdad, de justicia y de curación” junto con el grupo indígena.
En 2021, Casimir anunció que se habían descubierto unas 215 tumbas sin marcar, que se cree contienen los restos de niños indígenas, en los terrenos del internado que la Iglesia católica mantuvo en Kamloops entre 1890 y 1969.
El internado fue regentado por la orden de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada.
A finales del siglo XIX, el Gobierno canadiense estableció un sistema de residencias escolares en las que durante más de un siglo se internó a la fuerza a unos 150.000 niños indígenas con el propósito de asimilar a los aborígenes.
En esas residencias, regentadas en su mayoría por católicos y protestantes, los niños indígenas sufrieron abusos físicos, psicológicos y sexuales. Unos 4.000 menores murieron.
En 2022, el papa Francisco viajó a Canadá para disculparse personalmente ante los indígenas del país por los abusos que “no pocos católicos” cometieron en los internados.