Baltimore (EE.UU.), 29 mar (EFE).- La grúa más grande en la costa este de Estados Unidos llegó este viernes en una barcaza a la ciudad de Baltimore para retirar los escombros del puente que el pasado martes se derrumbó por el choque de un buque, un accidente que causó seis muertos y pérdidas multimillonarias.
La grúa, que puede levantar hasta 1.000 toneladas de peso, será una de las dos que participen en las labores de limpieza del canal de los restos de metal y hormigón a los que quedó reducido el puente, indicó el gobernador de Maryland, Wes Moore, quien aseguró que se trabaja “a toda velocidad” para reabrir el canal y reactivar el tráfico.
La Casa Blanca informó este viernes que el presidente Joe Biden visitará la zona la próxima semana.
A día de hoy, Moore todavía no se atrevió a dar una cronología de cuándo podrá la ciudad, cuyo puerto continúa cerrado, volver a la normalidad tras la tragedia: “Puedo decirles que no serán días, semanas o meses” sino que “esto va a tomar tiempo.”
Previo al inicio de la remoción, se está realizando una evaluación de los escombros, lo que se considera “fundamental” antes de sacarlos del agua para determinar el tamaño en que deberán ser cortados los trozos del puente para que las grúas puedan levantarlos.
La parte del puente que se encuentra en la parte superior del barco pesa entre 3.000 y 4.000 toneladas, que es mucho más de lo que puede levantar la grúa más grande disponible en este momento.
“Cuando tienes la oportunidad de ver esos restos de cerca, comprendes plenamente la enormidad del desafío”, apuntó el gobernador.
Moore indicó además que como parte de los trabajos que se realizan se han colocado más de 730 metros de barreras para contener cualquier posible fuga de contaminación del buque que impactó al puente o de su carga.
De acuerdo con la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte, 56 contenedores del buque contienen materiales peligrosos, en su mayoría corrosivos e inflamables, así como algunas baterías de iones mientras que 14 contenedores contienen perfumes y jabones, entre otros artículos.
El contralmirante de la Guardia Costera, Shannon Gilreath, detalló este viernes el progreso logrado hasta ahora en la prioridad de las autoridades de reabrir el canal.
Hay tres fases en esta tarea: la primera, reabrir el canal de envío, que es en lo que se está trabajando; después, retirar el carguero y, por último, retirar los escombros del puente del resto de la vía fluvial.
En cuanto a los fallecidos, todos ellos latinoamericanos trabajadores de la construcción, este miércoles se encontraron los cuerpos de dos de ellos. Las labores de recuperación de los cuerpos de los otros cuatro están detenidas por ahora por la presencia de escombros, pero Moore aseguró que es una prioridad.
El alcalde de la ciudad de Baltimore, Brandon Scott, dijo por su parte que mantiene la esperanza de encontrar los cuerpos de los otros cuatro fallecidos que permanecen bajo los escombros del puente.
El colapso del puente Francis Scott Key detuvo el paso de los barcos y causó el cierre del puerto, uno de los principales de EE.UU. en el Atlántico. El valor de las mercancías que circulan cada día por las instalaciones portuarias es de entre 100 y 200 millones de dólares.
Otros puertos, entre ellos el de Nueva York-Nueva Jersey, han dado un paso al frente para evitar que se interrumpa la cadena del suministro de alimentos que dependían de esa infraestructura.
Altos dirigentes de la Casa Blanca, el Departamento de Agricultura de los EE. UU. (USDA) y el Departamento de Transporte se reunieron este viernes con las partes interesadas de la industria agrícola y alimentaria a nivel federal y estatal para “discutir los impactos en los sectores agrícola y alimentario de la colapso del puente”.
En un comunicado, la Casa Blanca no ofreció más detalles sobre el contenido de la reunión, que sigue al encuentro de ayer entre el Secretario de Transporte de EE. UU., Pete Buttigieg, con puertos, grupos laborales y socios de la industria para discutir cómo mitigar las interrupciones actuales y futuras de la cadena de suministro.
“Los participantes del sector alimentario y agrícola señalaron que están trabajando para recopilar más información de los productores sobre los impactos directos e indirectos que han visto por el cierre parcial del puerto, así como la necesidad de que el gobierno federal monitoree las operaciones en otros puertos de la costa este a los que se están desviando los envíos”, apunta el texto.