Nueva York, 2 dic (EFE).- Luigi Mangione, acusado de asesinar a Brian Thompson, ejecutivo de la compañía de seguros de salud UnitedHealthcare, acudió por segundo día consecutivo a una audiencia en Nueva York en la que se mostraron por primera vez imágenes de las cámaras corporales de los policías que lo detuvieron, mientras la defensa del joven intenta impugnar la recolección de pruebas.
Mangione -que se encuentra en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn- se volvió a sentar en el banquillo de los acusados sin esposas y vestido de civil, esta vez, con un traje negro y menos sonriente que ayer.
La sala de la corte, que está coronada con el mensaje “In God We Trust” (En Dios confiamos), estaba repleta de periodistas, así como de seguidores del sospechoso, la mayoría mujeres jóvenes que tuvieron que esperar horas en una fila fuera del tribunal durante una gélida madrugada para hacerse con un lugar en el recinto.
El primer testigo que se subió al estrado este martes fue Joseph Detwiler, un agente de policía de Altoona, en Pensilvania, que descubrió a Mangione en un McDonald's cinco días después del asesinato de Thompson.
Detwiler dijo que al recibir la llamada de que el sospechoso del asesinato estaba en el local supuso que se trataba de una falsa alarma, pero que tras llegar al restaurante y pedir a Mangione que se quitara la mascarilla se dio cuenta “de inmediato” de que era el principal sospechoso del tiroteo mortal en Nueva York.
Lo que grabaron las cámaras

En la audiencia de este martes se mostraron, además, las imágenes de cámaras corporales de los dos policías que acudieron a la llamada.
En los vídeos se mostró cómo Mangione se mantuvo tranquilo tras una primera interacción con la policía y siguió comiendo el desayuno que se había comprado en el local de comida rápida, mientras que los agentes revisaban la información que les había dato -un documento de identidad falso de Nueva Jersey- y esperaban a la llegada de refuerzos.
Detwiler dijo que intentó hacer todo lo posible para que el sospechoso se mantuviera cómodo -como silbar las canciones navideñas que sonaban de fondo en el restaurante- o decirle a Mangione que habían venido porque la política del local es que la gente no se podía quedar sentada en una mesa por un largo periodo de tiempo, dado que el joven llevaba 45 minutos en el McDonald's.
No obstante, Detwiler dijo que consideró al sospechoso como un “alto nivel de amenaza” debido a las imágenes que había visto en las noticias del asesinato de Thompson en una calle concurrida de Manhattan.
La detención
El siguiente paso de la policía, ya con más refuerzos en el McDonald's, fue advertir al sospechoso de que sabían que el nombre que les había dado era falso y que si les volvía a mentir se le arrestaría por “identificación falsa”. Los agentes volvieron a preguntarle a Mangione por su nombre y, esta vez, dio el verdadero.
En ese momento, la policía esposó al joven, al que detuvo por dar un documento de identidad falso a un agente. Acto seguido, procedieron a registrar sus pertenencias.
Los abogados de Mangione argumentan que la policía registró la mochila de Mangione ilegalmente sin orden judicial, por lo que esa prueba debería ser excluida del caso estatal.
Entre las pruebas que la defensa de Mangione quiere excluir se encuentran: una pistola de 9 mm y una libreta en la que, según la fiscalía, describió su intención de “atacar” a un ejecutivo de seguros médicos.
Este año, el acusado se ha declarado inocente de los cargos federales -que de ser declarado culpable, podría resultar en una condena de entre 25 años y cadena perpetua- y estatales -por los cuales podría enfrentar la pena de muerte- relacionados con el homicidio.
Ninguno de los dos juicios ha sido programado aún.


