Washington, 3 oct (EFE).- Quince intentos necesitó en enero Kevin McCarthy para ser elegido líder de la Cámara de Representantes estadounidense, ante las negativas de los radicales de su propio partido, los mismos que este martes lo han bajado de su puesto tras unos meses de tira y afloja en los que no ha logrado dominarlos.
Después de que la Cámara Baja de EE.UU. haya aprobado por 216 votos a favor y 210 en contra la moción para revocarlo, McCarthy se ha convertido en el presidente más breve de este hemiciclo con permiso de Theodore M. Pomeroy, que en 1869 fue “Speaker” por un día, por temas burocráticos.
Ha sido líder un total de 269 días, en los que ha vivido sometido a las presiones de los republicanos radicales agrupados bajo el llamado “Freedom Caucus” (El Caucus de la Libertad), también llamados republicanos MAGA.
Meses complejos en los que ha hecho concesiones a ese ala dura del partido, abriendo por ejemplo un juicio político al presidente estadounidense, Joe Biden, a pesar de sus reticencias iniciales.
Pero nada ha sido suficiente. Para conseguir su apoyo aquellos días de enero tuvo que aceptar un cambio de las reglas para que cualquier republicano pudiera convocar una votación para destituirlo.
Y a ese cambio se ha aferrado el congresista de Florida Matt Gaetz, quien en aquella ocasión votó en 13 ocasiones por candidatos alternativos (entre ellos el expresidente Donald Trump, pese a que no optaba al cargo) hasta las dos últimas rondas, en las que se abstuvo.
McCarthy logró que no le hicieran una moción de destitución en junio, pese al enfado de los radicales porque, cuando EE.UU. estaba al borde de un incumplimiento de su deuda soberana, el “Speaker”, como se conoce en inglés al presidente de la Cámara Baja, llegó a un acuerdo con Biden para elevar el techo de deuda.
Los legisladores afines a Trump (2017-2021) se sintieron traicionados por ese acuerdo y en las negociaciones de los últimos presupuestos para el año fiscal 2024 fueron a lo grande y exigieron grandes recortes.
Tras semanas de negociaciones y rozando la fecha límite, el sábado pasado se anunció una prórroga de 45 días tras un acuerdo bipartidista promovido por McCarthy en el que se renuncian a los grandes recortes.
Esta ha acabado siendo la gota que ha colmado el vaso para los republicanos MAGA, que lo querían fuera desde que llegó.
Una elección compleja
Pese a que no convencía a todos en su propio partido, McCarthy era el candidato más predecible entre los republicanos para convertirse en el presidente de la Cámara Baja de EE.UU. tras años liderando el partido allí.
Pero los radicales lo consideraban demasiado “moderado” y acabó haciendo historia, pues hacía un siglo que un “Speaker” no era elegido en la primera votación. Tuvo que someterse a quince.
Las diferencias entre sus partidarios -agrupados bajo la etiqueta “Only Kevin” (Solo Kevin)- y sus detractores -“Never Kevin” (Kevin jamás)” – reflejó las rencillas internas del partido, líder en la Cámara de Representantes desde las elecciones de medio mandato de noviembre de 2022.
McCarthy nunca ha sido una figura de pleno consenso: en 2015, con los republicanos liderando la Cámara, renunció por sorpresa a posicionarse en la cima de su partido en ese hemiciclo por falta de apoyos internos suficientes.
Nacido en California hace 58 años, ejerció como líder de la minoría republicana en la Cámara Baja desde 2019, con la demócrata Nancy Pelosi como presidenta. Desde 2014 y hasta entonces, con los republicanos dirigiendo la Cámara y John Boehner y Paul Ryan como “Speakers”, ocupó el cargo de “número dos” de esta cámara.
En agosto de 2014 cuando asumió ese puesto hizo historia al alzarse con él tras solo siete años y medio en activo dentro de los pasillos del Capitolio.
Amigo de Trump
Pese a que los MAGA tachan de “moderado” al representante por California, nieto de un ganadero e hijo de un bombero que creció en una familia de clase trabajadora, la relación de McCarthy con Trump y sus pensamientos es estrecha.
Hasta el punto de que el propio Trump no ha sugerido apoyar la propuesta de Gaetz de destituirlo, aunque elogió a ambos miembros del Congreso en un acto celebrado este fin de semana.
McCarthy trabajó duro para conseguir el respaldo de Trump y cultivó una relación cercana mientras era presidente. Fue el primer líder republicano en visitar la mansión de Mar-a-Lago (Florida) después de que Trump abandonara la Casa Blanca, unas semanas después del ataque del 6 de enero de 2021 al Capitolio.
Aunque no funcionó hasta la décimoquinta votación, aquellos días de enero Trump animó a los MAGA a respaldar a McCarthy, un apoyo que no le ha bastado para sobrevivir en su cargo.