Washington, 17 may (EFE).- La Casa Blanca consideró este miércoles “alejada de la realidad” la anulación por parte de los republicanos del veto del gobernador de Carolina del Norte, el demócrata Roy Cooper, a una ley estatal que prohíbe el aborto a partir de la duodécima semana de gestión.
La portavoz del Gobierno, Karine Jean-Pierre, dijo a los periodistas que el presidente de EE.UU., Joe Biden, habló con Cooper después de que anoche legisladores republicanos de ese estado anularan su veto.
“Está tan fuera de la realidad que pasara eso con esta ley, lo radical que esa norma es con el aborto y lo que estamos viendo en todo el país con los ataques a la atención sanitaria de las mujeres, sus derechos reproductivos”, lamentó Jean-Pierre a bordo del avión presidencial Air Force One, de camino a Japón, donde el mandatario estadounidense tiene previsto participar en la cumbre del G7.
Recordó que Biden y su Administración han sido “muy claros” a este respecto y que seguirán luchando por los derechos reproductivos de las mujeres.
El martes, las dos cámaras del Congreso estatal de Carolina del Norte, controlado por los republicanos, aprobaron anular el veto que el gobernador demócrata había emitido el sábado para prohibir esa iniciativa.
Los republicanos de Carolina del Norte quieren que la norma, menos restrictiva que otras aprobadas en estados como Texas o Misisipi, se convierta en un modelo a seguir en el resto del país, después de que los demócratas tuvieran mejores resultados de los esperados en las elecciones de medio mandato de noviembre, impulsados en gran medida por su defensa del aborto.
La propuesta ofreces excepciones para los casos de violación o incesto hasta las 20 semanas de embarazo. Sin embargo, dificulta el acceso en general al aborto, con medidas como la obligatoriedad de ver a un médico en persona 72 horas antes de someterse a uno.
El estado se ha convertido en destino de muchas mujeres de otros territorios que buscan abortar, después de que la decisión del Tribunal Supremo de junio de 2022 de revocar el derecho al aborto a nivel federal abriera las puertas a una multitud de restricciones en estados gobernados por conservadores.