Washington, 11 jun (EFE).- La Casa Blanca advirtió este miércoles a las protestas contra las redadas migratorias que comenzaron a extenderse más allá de Los Ángeles hacia otras ciudades de Estados Unidos que “no tendrán éxito” y en su lugar prevalecerá el orden.

“Que este sea un mensaje inequívoco para los radicales de izquierda en otras partes del país que están pensando en imitar la violencia en un esfuerzo por detener los esfuerzos de deportación masiva de esta Administración: no tendrán éxito”, dijo en una rueda de prensa la portavoz presidencial, Karoline Leavitt.
Las protestas se expandieron desde California a Texas y Nueva York – donde hubo enfrentamientos con la policía en las inmediaciones de la sede del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), encargado de las redadas – y también se han reportado incidentes en Chicago (Illinois) y manifestaciones menores en ciudades como Denver, Las Vegas, Atlanta, Filadelfia, Boston y Washington.
Trump, según Leavitt, “recibió un mandato claro de los votantes para revertir la invasión ilegal iniciada por la frontera abierta de (el expresidente) Joe Biden y poner fin a la anarquía” encarnada por la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, y el gobernador de California, Gavin Newsom.
“Prometió llevar a cabo la mayor campaña de deportaciones masivas en la historia de Estados Unidos y los disturbios de la izquierda no le detendrán en ese esfuerzo. Las ciudades y estados santuario ya no podrán proteger a los delincuentes ilegales de la deportación”, añadió.
En su opinión, los demócratas se han vuelto tan “radicales” en su oposición al líder republicano que esta postura les ha llevado “a ponerse del lado de los migrantes delincuentes ilegales en sus comunidades y de los agitadores y saqueadores violentos en lugar del de las fuerzas del orden que solo hacen su trabajo”.
Leavitt recalcó que Trump defiende la Primera Enmienda de la Constitución, la que protege la libertad de religión, expresión, prensa, reunión pacífica y el derecho de petición al gobierno.
“Pero ese no es el comportamiento predominante en Los Ángeles. Hemos visto turbas de alborotadores y agitadores violentos agredir a agentes del orden y a nuestras autoridades federales de inmigración”, sostuvo.
Como respuesta, Trump ordenó el despliegue de 4.000 efectivos de la Guardia Nacional y 700 marines, una medida que ha sido rechazada tanto por Newsom como por Bass.
“El presidente tomó medidas e intervino para proteger a nuestros agentes federales del orden público y para proteger los edificios federales y la misión federal de deportar a los delincuentes ilegales de nuestras calles. Y esa misión continuará todos los días, en lo que a nosotros respecta”, añadió Leavitt.
Para la portavoz, Newsom y Bass “incumplieron vergonzosamente sus obligaciones juradas con sus ciudadanos. No tuvieron el coraje de hacer lo correcto y proteger a los californianos respetuosos de la ley de los alborotadores. Por eso Trump desplegó la Guardia Nacional y movilizó a la Marina para poner fin al caos y restablecer la ley y el orden”.
“La violencia de las turbas está siendo erradicada. Los delincuentes responsables serán llevados rápidamente ante la justicia”, concluyó.