Washington, 29 may (EFE).- La Casa Blanca elevó este jueves la presión para que el Senado apruebe el plan fiscal impulsado por el presidente, Donald Trump, e intentó callar a quienes aseguran que elevará el déficit subrayando al contrario que la economía experimentará un auge “como nunca antes”.
“Los republicanos del Senado deben hacer que este proyecto de ley se apruebe. El fracaso no es una opción. Los estadounidenses cuentan con nosotros”, dijo en una rueda de prensa la portavoz gubernamental, Karoline Leavitt.
La Cámara de Representantes aprobó el pasado 22 de mayo por un estrecho margen el megaproyecto de recortes fiscales y gastos impulsados por Trump y su tramitación ha pasado al Senado, que comenzará a debatirlo el próximo 2 de junio.
Dicho megaproyecto incluye la extensión de las exenciones fiscales de Trump en su primer mandato (2017-2021) y añade nuevas rebajas, como las exenciones a las propinas y a los pagos para comprar automóviles fabricados en Estados Unidos.
La Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO en inglés) ha estimado en un informe actualizado que la nueva legislación sumará unos 3 billones de dólares (2,66 billones de euros) en 10 años a la deuda nacional, actualmente calculada en más de 36 billones de dólares (31,95 millones de euros).
“Entre las reformas de gasto de sentido común contenidas en el gran y hermoso proyecto de ley y el sólido crecimiento económico que se generará como resultado de ello, no habrá ningún aumento del déficit”, insistió este jueves la portavoz.
Leavitt sostuvo que el presidente está “trabajando con sus amigos en el Senado” para conseguir su aprobación. El objetivo es ratificarlo para el 4 de julio, Día de la Independencia estadounidense.
“La economía estadounidense experimentará un auge como nunca antes después de que se apruebe el gran y hermoso proyecto de ley. La mayor rebaja fiscal de la historia para la clase media, la desregulación masiva y la exploración energética nacional más agresiva de la historia impulsarán a las pequeñas empresas, impulsarán aún más la inversión privada, aumentarán los salarios de los trabajadores y el crecimiento económico”, agregó.
Los republicanos controlan tanto la Cámara de Representantes como el Senado, en este último con un margen de 53 a 47 escaños.
Varios senadores conservadores, no obstante, han expresado públicamente desde hace semanas su contrariedad con el proyecto de ley, bien porque no recorta lo suficiente los presupuestos públicos y aumenta el techo de deuda o bien porque incluye restricciones a los programas de asistencia sanitaria Medicaid y Medicare que pueden afectar a sus constituyentes.