San Juan, 6 nov (EFE).- La campaña del miedo de que las ayudas económicas de Estados Unidos a Puerto Rico se acabarían si un independentista ganaba las elecciones fue determinante para que Jenniffer González, del Partido Nuevo Progresista (PNP), se perfile como la próxima gobernadora de la isla.
González se impuso este martes en las elecciones con el 39,45 % de los votos al independentista Juan Dalmau, candidato de la nueva Alianza de País, quien al obtener el 32,78 % de los sufragios y un segundo lugar rompió con el tradicional bipartidismo, según los resultados preliminares.
“En esta elección, el PNP logró ganar la gobernación y arrastrar consigo la Legislatura, porque le funcionó la campaña de miedo”, dijo a EFE el sociólogo y comunicador Hiram Guadalupe.
La relación con Estados Unidos y el temor al comunismo
“El estar amenazando a la población con la pérdida de ayudas federales, estableciendo que ellos eran los únicos, que por defender la unión permanente y la incorporación del territorio a EE.UU., garantizan la preservación de esas ayudas”, reflexionó Guadalupe sobre la razón de esa victoria del PNP.
Puerto Rico fue una colonia española hasta 1898, cuando EE.UU. invadió la isla. En 1917, EE.UU. otorgó la ciudadanía estadounidense a los puertorriqueños y, en 1952, se estableció el Estado Libre Asociado, que continúa vigente hasta la actualidad.
El PNP de González apuesta por la llamada 'estadidad', es decir la anexión de la isla a EE.UU. como un estado de pleno derecho.
“Esta elección es si el pueblo de Puerto Rico quiere la izquierda comunista con los ejemplos de Venezuela, Cuba y Nicaragua, o quiere atesorar su ciudadanía americana”, expuso González durante la campaña en referencia a Dalmau, líder del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP).
En opinión del analista político y abogado Luis Pabón Roca, este discurso también influyó en los votantes del tradicional rival del PNP, el Partido Popular Democrático (PPD), que decidieron darle el voto útil a González “para detener el discurso de la izquierda”.
Si González, de confirmarse los resultados parciales como está previsto, se convierte en la nueva gobernadora de Puerto Rico, será la primera vez que el PNP logra este puesto en tres elecciones consecutivas, después de Ricardo Rosselló y Pedro Pierluisi en 2016 y 2020, respectivamente.
Las denuncias de corrupción, un arma de doble filo
Rosselló provocó una crisis social y política en el verano de 2019 que condujo a su renuncia tras protestas multitudinarias. Esto no impidió que Pierluisi, de su mismo partido, fuera elegido en 2020.
Bajo el mandato de Pierluisi, numerosos miembros del PNP fueron arrestados y condenados a prisión por corrupción, una situación que la Alianza de País -integrada por el PIP y el Movimiento Victoria Ciudadana- utilizó en su campaña.
También contaron con la ayuda del artista Bad Bunny, quien pagó cientos de miles de dólares en vallas publicitarias criticando al PNP por sus actos de corrupción y hasta coreó “muerte al PNP” en un entrevista.
“El efecto que eso tuvo fue activar y poner a reaccionar a esa colectividad”, comentó Pabón Roca, quien calificó esta estrategia de “equivocada”.
“Por más que se quiera hablar de la corrupción dentro del PNP, no todos son corruptos ni mucho menos sus electores”, agregó el analista.
Pese a todo, Dalmau logró un hito al quedar en segundo lugar, pero la Alianza de País no consiguió los apoyos a sus candidatos a la Legislatura y las alcaldías que esperaba.
Para Guadalupe, “la Alianza ganó” porque el objetivo era “cambiar y romper con el bipartidismo” del PNP y el PPD, pero Pabón Roca considera que “el manejo de la campaña y mediático fue efectivo en crear una realidad que no resultó ser”.
“Indiscutiblemente es un logro que un candidato independentista llegue segundo, pero Dalmau es más grande que el PIP y ahora tiene que enfocar esa imagen y liderazgo más allá de su partido”, subrayó.