Washington, 10 abr (EFE).- La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó este jueves una resolución de marco presupuestario que allana el camino para que la Administración de Donald Trump recorte 1,5 billones de dólares en gasto público, tras un intenso debate dentro de las filas republicanas.
La resolución fue aprobada en el pleno de la Cámara, de mayoría republicana, con una estrecha votación de 216 votos a favor y 214 en contra.
El texto plantea un recorte del gasto mucho más ambicioso que el que aprobó el Senado el sábado, de 4.000 millones de dólares, una cifra que había enfurecido a algunos congresistas republicanos y forzó una negociación entre los republicanos de ambas cámaras.
Tanto la dirección republicana de la Cámara de Representantes como la del Senado se ha comprometido con el recorte de impuestos de 1,5 billones de dólares prometido por Trump en línea con el que aprobó en su primer mandato, aunque tendrán que ponerse de acuerdo en la redacción de los presupuestos.
Sea como sea, la aprobación de este jueves activa un procedimiento llamado reconciliación presupuestaria, una maniobra legislativa que permitirá tramitar de forma acelerada los primeros presupuestos del segundo mandato de Trump.
En concreto, reduciría el margen de maniobra de la oposición demócrata para bloquear el proceso dado que elimina el filibusterismo, el umbral de 60 votos para aprobar leyes en el Senado, y bastará solo con una mayoría simple de 51 votos.
La resolución debía haberse votado el miércoles por la noche, pero el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, se vio obligado a posponerla debido a una revuelta interna de su propio partido.
Los llamados ‘halcones fiscales’ del Partido Republicano, que apuestan por recortes mucho más ambiciosos de la Administración federal amenazaban con descarrilar la votación.
Johnson los convenció y finalmente el texto salió adelante con solo dos republicanos votando en contra.
Trump celebró el consenso republicano en su red Truth Social, donde afirmó que su “Gran y Hermoso Proyecto de Ley” de presupuestos avanza a “pasos agigantados” y lográ “los mayores recortes de impuestos en la historia de Estados Unidos”.