Miami, 18 jul (EFE).- El periodista Jorge Ramos, quien en diciembre pasado dejó la cadena hispana Univision, explicó en una entrevista con EFE que ahora puede expresar abiertamente su punto de vista “pro-inmigrante, prolatino, prodemocracia y prolibertad” en Estados Unidos gracias a su nuevo canal en YouTube.
Tras 38 años como conductor del Noticiero Univision y 17 al frente del programa Al Punto, el periodista mexicano de 67 años se mostró feliz de ser independiente.
El pasado junio Ramos estrenó el canal digital 'Así veo las cosas', con un equipo de unas diez personas y motivado “porque la gente está ahora en las redes sociales y porque quería seguir haciendo periodismo independiente”, afirmó.
“El presente es ese y es ahí donde hay que estar”, aseguró el periodista, quien añadió que “la gente duerme con su móvil y ya no están esperando a los medios tradicionales para que les informen”.
Por otro lado aseguró que “esta no es una profesión para silenciosos” y que siente más libertad ahora que maneja sus propios canales, tras “38 años en un noticiero de televisión, donde nunca di mi punto de vista”.
“Ante millones de personas que se han convertido en medios de comunicación” en las redes sociales, subrayó que la única manera de “sobrevivir” es hacerlo de una forma única, que en su caso es la “identidad de periodista independiente e inmigrante” que define su canal de noticias, análisis y entrevistas.
Ramos, un crítico de la retórica antiinmigrante del presidente Donald Trump, logró más notoriedad cuando en agosto de 2015, el republicano lo expulsó de una rueda de prensa en Iowa por interrumpir con una pregunta sobre inmigración.
Momento difícil para los hispanos
El comunicador, que también tiene la ciudadanía estadounidense, dice que sigue preocupado en este momento “tan difícil” para los migrantes en el país. “Nos están tratando de presentar como criminales, violadores, terroristas, y no es cierto. La gran mayoría de los inmigrantes no tienen antecedentes penales”.
“Nuestro trabajo como periodistas es ahora más importante que nunca, porque tenemos que asegurarnos de que el resto de los estadounidenses sepan todas las contribuciones que hacen los inmigrantes y que no se coman el cuento de que somos malos”, aseguró.
“La desinformación es uno de los principales problemas que enfrentamos quienes nos hemos mudado a las redes sociales”, advirtió Ramos sobre el impacto de los contenidos falsos, a menudo generados con Inteligencia Artificial, y la falta de verificación entre los influencers.
“Los periodistas tenemos precisamente la credibilidad de nuestro lado”, afirma al respecto.
“El otro problema es que puedas monetizar la operación, es decir, que sin tener grandes presupuestos como existen en televisión, en los periódicos, en la radio, puedas sostenerte”, añadió.
Con un estilo más relajado y espontáneo, Ramos explicó que ahora improvisa frente a la cámara “sin saco, sin corbata y sin prisa”, en contraste con los tiempos acelerados y guionizados de la televisión tradicional donde, dijo, estaba obligado a saltarse “todo el contexto” para ir “directamente a las preguntas más complicadas”.
Aprende de los más jóvenes, incluidos sus hijos, y reconoce que esta es “la primera generación de periodistas en la que saben utilizar los instrumentos del periodismo de una forma mucho más eficaz”, un cambio que lo ha llevado a adoptar un lenguaje “más suelto, coloquial y directo” para conectar con nuevas audiencias.
En apenas tres semanas ha alcanzado los 164.000 suscriptores en YouTube, pero además se siente “mucho más en contacto con la gente”, pues al tratarse de un medio bidireccional, hay “una comunicación constante”, gracias a la cual puede recibir “el feedback inmediato”.
“Hay veces en que en los medios tradicionales estás tratando de decidir qué es lo más importante. Aquí tengo el pulso de lo que realmente les importa”, explicó el periodista.
Ramos ahora incluso comparte aspectos de personales de su vida, desde la guitarra que siempre le acompaña, el recuerdo de su gata Lola o las clases de salsa que tomó tras retirarse de la televisión. “En redes sociales, la única manera en la que puedes conectar con la gente es si ellos se dan cuenta de que tienes una vida muy parecida a la suya”.
El escenario de su programa busca reforzar esa cercanía: es un estudio “casi igual” al que tiene en su casa, con la intención de “crear esa sensación de intimidad, de que la gente se está metiendo literalmente en mi casa”.
Desde ese rincón digital reconoce que se ha lanzado en un “clavado del que ya no hay regreso”, con la esperanza de seguir nadando dentro de un año.