París, 1 jun (EFE).- El chileno Nicolas Jarry está decidido a romper sus techos en París, donde por vez primera accedió a tercera ronda de un Grand Slam, en Roland Garros, y donde no tiene intención de detenerse en busca de nuevas metas.
El de Santiago ha regresado con fuerza entre los mejores, tras una travesía del desierto por torneos de segunda categoría donde forjó su carácter y su tenis. Acaba de derrotar al estadounidense Tommy Paul, cabeza de serie número 16 del torneo, por 3-6, 6-1, 6-4 y 7-5 en 3 horas y 3 minutos y piensa ya en su siguiente rival, del mismo país y peor ránking, Marcos Giron.
“Creo que estoy en un gran momento. Por vez primera estoy en tercera ronda de un Grand Slam, mi juego es sólido y estoy con ganas de seguir manteniendo este nivel, avanzando y dejándolo todo cada día”, indicó el jugador.
Es el primer triunfo de Jarry contra un rival que ya le había vencido en dos ocasiones anteriores, un síntoma de la confianza que está recuperando el gigantón chileno.
“Estoy trabajando para conocerme a mí, para mejorar mis fortalezas y mi juego”, señaló el tenista, que rechaza que se inspire en el argentino Juan Martín del Potro, pese a que hay algunas similitudes físicas. “Ya me gustaría conseguir lo que ha ganado él”, dice el jugador de 27 años.
Frente a Paul firmó un partido de gran calidad, “un nivel muy alto por ambas partes”, dijo él, que reconoció que le costó adaptarse al peculiar juego del estadounidense, pero que cuando lo hizo dominó el partido.
“Cuando encontré el ritmo me fui haciendo más fuerte. Estoy muy satisfecho de la forma en la que gestioné los momentos importantes del partido, sobre todo las bolas de rotura que hubo en el cuarto set”, señaló.
Jarry se encontró “muy sólido con la derecha, mandando bien”, uno de los aspectos esenciales de su juego, lo que le permitió dominar el partido.
Su clasificación es el premio a la buena temporada del tenista chileno, ganador del torneo de Ginebra en mayo pasado, el tercero de su palmarés tras el de Santiago en febrero y el de Bastad en 2019.
Jarry, que ya jugó en París la final del dobles júnior junto con su compatriota Christian Garin en 2013, está en un buen momento de forma en esta edición de Roland Garros.
Lo pondrá a prueba Giron, otro tenista de características similares a las de Paul, su siguiente obstáculo antes de los octavos.