Los Ángeles (EE.UU.), 12 oct (EFE).- Jamie Lee Curtis y cine de terror son casi sinónimos. Por ello, la actriz se ha ganado el título de “Reina del Grito” y es el rostro por antonomasia del género “slasher”, al que regresa con “Halloween Ends”, la última entrega y su despedida definitiva de la conocida franquicia.
“No soy una actriz entrenada, todo lo hago por instinto”, confiesa, sin embargo, la protagonista de la saga de terror, hija de dos emblemas de Hollywood como Tony Curtis y Janet Leigh, en una entrevista con Efe antes de la “premiere” del filme en Los Ángeles.
Por instinto, Curtis (63 años) aceptó en 1978 dar vida a Laurie Strode en la primera “Halloween” y, aunque ella reniega de la preparación y del entreno, el papel ha curtido su carrera hasta el punto volver interpretarlo en seis películas más, rodadas a lo largo de cuatro décadas distintas.
Su personaje, el de una mujer acosada eternamente por el asesino enmascarado Michael Myers, se ha convertido en un clásico de la ficción estadounidense y, aún así, ella asegura que “no tiene mucho que aportar” a los guiones que detallan el futuro de una de las historias más famosas de la cultura popular.
“Cuando el director David Gordon Green me envió el guion de la nueva trilogía, que comenzó en 2018, no había hecho una película de ‘Halloween’ en mucho tiempo. Si hubiera sido otra historia no creo que la hubiera hecho, pero sentí que tenía verdad”, explica.
“Y ese es mi trabajo como actriz, contar la verdad de una persona en la circunstancias que rodean su momento en la vida”, añade.
En concreto, la trama de “Halloween Ends” arranca cinco años después de los eventos de “Halloween Kills” (2021). Laurie Strode, ya abuela, vive con su nieta y está decidida a olvidar los traumas del pasado para encontrar la tranquilidad.
Sin embargo, la muerte de un niño mientras estaba en casa solo con su cuidador, quien asegura que todo fue un accidente, vuelve a alterar las vidas de la localidad en la que habita.
“HACÍA TIEMPO QUE NO PRACTICABA LA SONRISA EN UN RODAJE DE ‘HALLOWEEN’
“La película empieza con algo de esperanza -analiza Curtis.- Recuerdo que el primer día de rodaje, grabé una escena y cuando volví al camerino me dolía la cara. Entonces me di cuenta de que había sonreído y no había practicado la sonrisa de ese personaje en mucho tiempo”.
Pero luego, como no podría ser de otra manera, la vida de la protagonista vuelve a quedar supeditada a la maldad intrínseca de Michael Meyers, que “envenena” toda la ciudad.
Aunque hay algo de definitivo en este nuevo envenenamiento porque Curtis ya dejó claro que esta última película, que culmina una trilogía estrenada en 2018 como secuela directa del filme de 1978, era la última vez que daría vida a Laurie Strode.
CURTIS, EN LAS QUINIELAS DE LOS ÓSCAR
Su despedida de la franquicia que la ha acompañado durante casi 45 años coincide con uno de los mejores años para Curtis, pues su nombre figura en las quinielas para la nominación al Óscar a mejor actriz de reparto por un trabajo completamente opuesto: la irreverente y surrealista “Everything Everywhere All at Once”.
El éxito de ese filme, la gran sorpresa del año para el cine independiente, debe mucho al papel de Curtis como una funcionaria de hacienda impasible ante los problemas de las personas que, sin embargo, disfruta de vidas mucho más interesantes en otros universos paralelos.
Como la gran mayoría de personalidades de Hollywood, la actriz no quiere hablar de premios a estas alturas, aunque la nominación al Óscar serviría para recordar que, más allá del terror, fue una de las protagonistas de “A Fish Called Wanda”, emblema de la comedia anglosajona.
¿El secreto para su versatilidad?
“Soy muy abierta en el estudio, lo doy todo al 100% y al final del día eso me hace sentir bien porque sé que siempre he ido de cero a 10 en cada escena”, resume.