Washington, 26 abr (EFE).- Los trabajadores inmigrantes proveen una mano de obra esencial en la limpieza y reconstrucción tras los desastres cada vez más frecuentes vinculados al cambio climático, afirmó hoy martes la Red Nacional de Organización de Jornaleros (NDLON).
“Después de cada desastre natural, después de cada acontecimiento catastrófico hemos visto que los peones jornaleros, los trabajadores inmigrantes responden a la necesidad económica y la reconstrucción de esas áreas”, dijo Caleb Soto, de NDLON, en una teleconferencia.
Esos trabajadores, muchos de ellos inmigrantes indocumentados, “están expuestos a abusos increíbles, sin protección de la salud en sus tareas, y obligados a trabajar por muchas horas”, añadió.
Un informe de 15 páginas distribuido por NDLON señala que la frecuencia creciente y la severidad de los desastres climáticos “han expuesto una diversidad de vulnerabilidades, desde la infraestructura de la nación a los códigos municipales de construcción y la preparación de las comunidades”.
Según los Centros Nacionales de Información Ambiental, en 2021 hubo en Estados Unidos 20 eventos climáticos que causaron daños y pérdidas por más de 1.000 millones de dólares, con un costo total en el periodo de 2017 a 2021 de más de 742.000 millones de dólares.
Detrás de la primera respuesta que proveen los servicios de bomberos, ambulancias, socorristas y demás personal de emergencia, llegan los que NDLON llama trabajadores de “segunda respuesta”.
“Los de la ‘segunda respuesta’ se movilizan pero su trabajo rara vez es reconocido”, indicó Nik Theodore, director del Departamento de Planificación y Política Urbana en la Universidad de Illinois, en Chicago, y autor del informe.
“Esos trabajadores en su gran mayoría provienen de México y América Central, 80 % carecen de documentos, y muchos de ellos componen cuadrillas móviles que van de un sitio a otro. Los oficios más comunes son la reconstrucción de techos, la demolición, la remodelación y las limpiezas”, añadió.
Después del huracán Ida en 2021, que devastó el sur de Luisiana, 40 % de los trabajadores de “segunda respuesta” provenían de Houston, Dallas y otras partes de Texas, y algunos provenían de otros estados incluidos Arkansas, Florida, Iowa, Kansas y Nueva Jersey.
Aunque las compensaciones ofrecidas a estos trabajadores tras las emergencias suelen ser más altas que los sueldos normales, muchos de ellos enfrentan demoras para que se hagan efectivos sus sueldos, o simplemente el robo de salarios por parte de empleadores.
“El 50 % de los jornaleros encuestados habían sido víctimas del robo de salarios en Nueva Orleans, y 91 % de estos habían experimentado el robo de sueldos en los últimos dos meses mientras cumplían tareas de recuperación tras el desastre”, apuntó el informe.
La falta de permisos legales para trabajar, el desarraigo, la barrera del idioma y el temor a la deportación contribuyen a que 96 % de los peones encuestados para este informe fueran incapaces de nombrar a qué agencia del Gobierno deberían recurrir para reclamar sus pagos.