(Foto archivo: Joseph Rodríguez / News and Record)
Históricamente, las iglesias y los lugares de culto se han considerado lugares seguros para los inmigrantes, pero la nueva directiva de inmigración del presidente Donald pone en suspenso el programa que reasienta a los refugiados en los EE.UU. y permitiría a los agentes de deportación realizar arrestos en estos lugares y en las escuelas.
“Hemos alojado a una familia de refugiados en nuestro sótano todos los años”, dijo la reverenda Amelia Fullbright, pastora de la Iglesia Congregacional Unida de Cristo en Greensboro, sitio conocido por abrir sus puertas a los necesitados.
APOYO
La reverenda Fullbright dijo que las nuevas órdenes ejecutivas de la administración Trump no se alinean con sus creencias bíblicas.
“La Biblia hebrea, el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento tienen mandatos muy claros sobre dar la bienvenida al extraño en medio de uno”, dijo Fullbright.
El objetivo de la administración Trump es atacar a los inmigrantes ilegales.
Por su parte, la Iglesia Congregacional UCC ha ayudado a los inmigrantes desde 2016, brindándoles el apoyo que necesitan para convertirse en ciudadanos legales.
Steve Tate, codirector del equipo de refugiados inmigrantes de la iglesia, trabajó en estrecha colaboración con Minerva García, una inmigrante indocumentada de México que vivió en Winston-Salem durante 17 años antes de obtener la residencia en 2019.
A la iglesia le preocupa que la nueva política ponga en peligro a las familias que alguna vez estuvieron en la posición de García.