Miami, 25 abr (EFE).- La hostilidad gubernamental buscando la autocensura, la estigmatización y agresiones del crimen organizado son las principales amenazas para la libertad de prensa del continente americano, afirmaron este viernes líderes del periodismo de Latinoamérica y Estados Unidos, en la segunda jornada de la reunión de medio año de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
Sin embargo, no son las únicas intimidaciones que enfrentan los periodistas. En los conversatorios, en los que participaron reconocidas informadoras como Julie Pace, la editora ejecutiva de la Associated Press (AP), y Martha Ramos, directora editorial de la Organización Editorial Mexicana (OEM), se denuncio la estigmatización que sufre la prensa, que permite los ataques y promueve el desinterés del público en conocer noticias no sesgadas.
Los sistemas judiciales, según dijeron, se han convertido en una herramienta de censura, por un lado, y por el otro no están preparados o interesados para investigar y castigar a los verdaderos culpables de ataques y asesinatos contra periodistas.
“La censura a la prensa se extiende a toda la sociedad”, dijo Pace al hablar de la tendencia actual, subrayando el caso de la expulsión de los periodistas de la AP de la Casa Blanca, después de que decidió mantener el término “Golfo de México” en sus despachos periodísticos.
“Nosotros representamos a la gente y es nuestra obligación ayudarlos a conectar lo que le pasa a la prensa, en este caso la AP, con la censura a todos”, indicó Pace.
Armando González, director general del Grupo La Nación en Costa Rica, y Fabricio Altamirano, CEO del grupo periodístico salvadoreño América Interactiva, alertaron que “la estigmatización de los medios de comunicación” es parte de la estrategia de los gobiernos populistas y autoritarios para debilitar la libertad de prensa.
Así termina la gente diciendo “no se puede creer en los medios” y esta caída de la confianza es producto de una estrategia evidente, denunció Jorge Carrasco, presidente de la Asociación de Periodistas Bolivianos.
La creciente violencia
“La denigración de la prensa está presente en todos los rincones del continente”, afirmó la SIP.
En ese sentido, Pace señaló que los informadores están registrando más agresiones digitales, “en especial a nuestros periodistas que son mujeres o de minorías”. También habló de agresiones físicas y obstaculización del cumplimiento de las funciones.
Como evidencia del lado más oscuro de esta práctica, la SIP puso de ejemplo la muerte de 10 periodistas en América Latina desde octubre de 2024: uno en Colombia, Ecuador, Guatemala y Perú; dos en Haití y cuatro en México.
Ramos de la OEM destacó la confluencia de un incremento del poder del crimen organizado, con “un sistema judicial que no tiene ni herramientas, ni interés para descubrir quiénes están detrás de los asesinatos”.
La situación se agudiza en las áreas más vulnerables, “donde no hay un medio formal o los periodistas deben tener dos o más trabajos y terminan asesinados cuando están en ese otro trabajo que no es periodismo” , agregó la periodista mexicana.
Una situación similar presentaron Andrés Mompotes, director del diario El Tiempo de Colombia, y Gabriela Vivanco, directora de diario La Hora en Ecuador, quienes denunciaron cómo la impunidad en los crímenes contra los periodistas es otra forma de callar a la prensa.
Los dueños de medios también denunciaron la intimidación financiera. Indicaron que se ejerce a través de demandas judiciales, reducción de las pautas publicitarias y gasto gubernamental considerable en medios alineados con el mensaje oficial.
En Panamá, al igual que en otros países, hay “una espada de Damocles sobre la prensa que viene de parte de demandas judiciales. Eso nos genera autocensura”, explicó Rita Vásquez, directora del Diario La Prensa.
En este sentido, los periodistas Juan Lorenzo Holmann y Miguel Henrique Otero, dueños de medios censurados en Nicaragua y Venezuela, respectivamente, alertaron sobre el daño de los gobiernos autoritarios a la libertad de prensa.