Naciones Unidas, 13 sep (EFE).- El secretario general de la ONU, António Guterres, presentó hoy en rueda de prensa en Nueva York sus expectativas ante la Semana de Alto Nivel de la Asamblea General de la ONU, que comienza la semana próxima, donde se darán cita mandatarios de todo el mundo, y se mostró pesimista sobre la posibilidad de que sirva para avanzar en cuanto a la paz en Ucrania.
“Me encantaría poder mediar en conversaciones de paz, pero estamos lejos de eso”, reconoció Guterres, que descartó incluso que el foro sirva para que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, esperado en Nueva York, se reúna con el representante de Rusia, el ministro de Exteriores Serguéi Lavrov, ante la ausencia del presidente Vladímir Putin.
Guterres reconoció que tampoco espera avances en la reanudación de los llamados “acuerdos del mar Negro” -que permitían la exportación por vías seguras de cereal ucraniano y fertilizantes rusos, principalmente-, de los que Moscú se retiró el pasado 17 de julio en protesta porque su funcionamiento solo estaba favoreciendo a Ucrania.
CENTRARSE EN LOS OBJETIVOS DEL MILENIO
Para no parecer en extremo pesimista, el secretario general dijo que esta 78 Asamblea General supondrá “un importante logro para crear las condiciones de rescate de los Objetivos de Desarrollo Sostenible” (ODS, también llamados objetivos del milenio), después de que varias agencias de la ONU hayan alertado de que la pandemia y la guerra en Ucrania han frenado su avance en casi todo el mundo.
Guterres dijo que “ese será mi objetivo más importante en el próximo año”, y pidió a los países una actitud proactiva, principalmente en los objetivos relacionados con el cambio climático. “No es hora de postureos ni posicionamientos; es la hora de trabajar juntos por soluciones prácticas, hora de compromisos por un mañana mejor”.
El diplomático portugués dedicó buena parte de su intervención a pedir una reforma de las instituciones internacionales, incluida la propia ONU y en particular el sistema financiero internacional, que responden a un momento concreto -el fin de la Segunda Guerrra Mundial- muy diferente del actual.
En este sentido, abogó por una reforma del Consejo de Seguridad, máximo órgano decisorio de la ONU, para dar una presencia permanente a África y Latinoamérica, y consideró que Estados Unidos sería uno de los principales beneficiarios de tal reforma porque aportaría una legitimidad a la institución, cada vez más en entredicho.
No ocultó su preocupación por “el riesgo de fragmentación” en el mundo en dos bloques -supuestamente uno occidental y otro liderado por Rusia, aunque no lo mencionó así-, y dijo que “solo con instituciones más representativas se reducirá ese riesgo de fragmentación.
El interés de un mundo unido según un sistema multipolar servirá, por ejemplo, para tener regulaciones comunes en finanzas, comercio o en internet, incluida la inteligencia artificial, destacó el secretario general.
Citó al respecto un reciente informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) que puso cifras a una eventual ruptura del mundo en dos bloques, regidos por instituciones financieras distintas y con economías diferentes: “La pérdida sería de 7 billones de dólares”, enfatizó.
LA ONU NO ES “VANITY FAIR”
Con respecto a la supuesta ausencia de líderes mundiales de peso -al parecer solo Joe Biden ha confirmado su asistencia, y se descarta la presencia de los mandatarios de China y Rusia, ausentes en los últimos años-, Guterres dijo que la Asamblea General “no es Vanity Fair” y que lo que importa son los compromisos que las naciones adopten, no los líderes que estén presentes.
Sin embargo, la inoperancia del actual sistema de la ONU se puso de manifiesto al ser preguntado Guterres por Sudán, donde hoy presentó su dimisión el enviado de la ONU para ese país, Volker Perthes, en medio de un conflicto que se agrava con cada día que pasa.
Cuando un periodista preguntó a la ONU si no es hora de que el Consejo de Seguridad actúe para frenar un conflicto en el que han perecido ya miles de sudaneses -siendo en principio solo una pugna entre facciones militares-, Guterres reconoció que no veía al Consejo unido en esta cuestión, y que no creía “fácil” lograr una postura unánime para poderla imponer en el país africano.