Washington, 6 ago (EFE).- El Gobierno de Estados Unidos restaurará en la capital del país dos monumentos que celebran figuras de la Confederación, la unión de estados sureños que luchó para conservar la esclavitud en EEUU durante la Guerra Civil.
Una de ellas, la estatua de Albert Pike, uno de los generales de la Confederación, fue derrumbada por manifestantes durante las protestas en contra del racismo que se propagaron por todo el país en 2020.
La otra es un monumento simbólico en honor a la Confederación, que estaba ubicado en el cementerio militar de Arlington y que fue retirado en 2022, como parte de un proceso de revisión histórica impulsado por el Gobierno del expresidente Joe Biden.
Al llegar al poder, Trump firmó una orden ejecutiva para acabar con las iniciativas gubernamentales que apliquen “ideologías divisivas y centradas en raza” y pidió al Departamento de Interior que restaurara todos los monumentos que fueron cambiados o retirados durante el Gobierno demócrata.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, celebró ayer el planeado regreso del monumento a la Confederación: “A diferencia de la izquierda, nosotros no creemos en eliminar la historia de EEUU, la honramos”, escribió en su cuenta de la plataforma X.
Los monumentos y estatuas a la Confederación comenzaron a construirse en EE.UU. tras la Guerra Civil, durante la época conocida como la ‘Reconstrucción’, como una manera de reconciliar a las dos regiones del país, sin reconocer los abusos de la esclavitud o incluir a la población afroamenicana.
A su vez, estos monumentos fueron erigiéndose a la par que se impulsó la segregación racial en el sur del país a través de las leyes de Jim Crow, como símbolo de la “dominación” racial sobre la población negra.