Washington, 14 abr (EFE).- El Departamento de Justicia de Estados Unidos solicitó este viernes al Tribunal Supremo intervenir en la batalla judicial sobre el acceso a nivel nacional a la píldora abortiva mifepristona.
Abogados del gobierno Biden presentaron una solicitud de emergencia pidiendo al Supremo bloquear las decisiones de una corte de apelaciones y una corte federal que limitan el acceso al fármaco, usado en más de la mitad de abortos en todo el país.
En el centro de la disputa legal está la autorización sanitaria que la administración de Alimentos y Fármacos (FDA) dio a la mifepristona hace 23 años.
La decisión de un juez en Texas de retirar la autorización sanitaria de la FDA a la píldora fue sostenida en parte por un tribunal de apelaciones de Luisiana este miércoles.
En su fallo, el tribunal estipuló que el fármaco puede estar disponible solo hasta las primeras siete semanas de embarazo y que debe ser recogido en persona.
La justicia estadounidense pidió al Supremo mantener el acceso sin restricciones a la píldora mientras se resuelve el caso en la corte de Luisiana.
“Si se permite que entren en vigor, las órdenes de los tribunales inferiores cambiarían el régimen regulatorio de la mifepristona, con consecuencias radicales para la industria farmacéutica, las mujeres que necesitan acceder al medicamento y la capacidad de la FDA para implementar su autoridad legal”, señaló el gobierno ante el Supremo.
En el documento, el Departamento de Justicia asegura que el fallo del juez federal en Texas se basó en una “evaluación profundamente equivocada sobre la seguridad de la mifepristona”.
“Más de cinco millones de americanos han terminado sus embarazos usado las drogas y hoy, más de la mitad de mujeres en el país que deciden terminar sus embarazos dependen de la mifepristona”, argumentó el gobierno.
La organización que presentó la demanda en Texas contra la aprobación de la FDA, Alliance Defending Freedom, pidió al Supremo mantener el fallo del tribunal de apelaciones.
“La FDA puso sus intereses políticos por encima de la salud de las mujeres y las niñas cuando no estudió la peligrosidad de los medicamentos químicos para el aborto”, señaló la organización conservadora en un comunicado.
Según el Instituto Guttmacher, una organización sin ánimo de lucro que apoya el derecho al aborto, el 54 % de las interrupciones de embarazos en Estados Unidos en 2022 fueron con píldoras abortivas como la mifepristona o el misoprostol.
La batalla política y judicial en torno al aborto se reavivó en Estados Unidos en junio del año pasado, cuando el Tribunal Supremo, de mayoría conservadora, tumbó el derecho constitucional al mismo a nivel federal, dejando en manos de cada estado la decisión.
Tras ello decenas de estados gobernados por republicanos han restringido esta práctica.
La organización Planned Parenthood, que defiende una atención médica y reproductiva asequible de alta calidad en el país, calcula que desde entonces 18 de los 50 estados han prohibido el aborto o lo han restringido severamente, y que en 13 el acceso a ese servicio es en la práctica imposible aunque haya excepciones.