Nueva York, 20 mar (EFE).- El estado de Georgia (EE.UU.) ejecutó este miércoles con una inyección letal a un preso condenado a la pena capital por el asesinato de una mujer hace tres décadas.
Willie James Pye, un afroamericano de 59 años, estaba condenado a muerte por el secuestro, violación y asesinato en 1993 de una mujer con la que había tenido una relación, Alicia Lynn Yarbrough.
Ha sido la primera ejecución en Georgia en más de cuatro años y tanto los abogados de Pye como activistas en contra de la pena de muerte intentaron pararla hasta el último minuto, pero no lo lograron.
La defensa del reo hizo esta tarde una apelación al Tribunal Supremo de EE.UU. argumentando que hubo problemas de procedimiento, pero fue denegada, dando paso a una ejecución que se retrasó cuatro horas.
Pye fue ejecutado a las 23.03 hora local en un penal de Jackson tras pedir una última comida de sándwiches de pollo y hamburguesas, informó el Departamento de Correciones de Georgia en un comunicado.
La defensa solicitó sin éxito clemencia a la Justicia, argumentando la ineficacia y el racismo de su primer abogado de oficio, que no divulgó en el juicio que el acusado tenía una discapacidad intelectual.
“Si su abogado de oficio no hubiese abandonado su trabajo, los jurados habrían sabido que el Sr. Pye es un discapacitado intelectual con un coeficiente intelectual de 68” indicaron en el documento.
También argumentaron que el reo sufrió “profunda pobreza, negligencia, violencia constante y caos en su hogar familiar” desde que nació, y que se arrepentía del crimen.
No obstante, la junta de Perdón y Libertad Condicional de Georgia rechazó ayer conmutar la pena de muerte por una de cadena perpetua tras “considerar exhaustivamente todos los hechos y circunstancias del caso”.
Según los documentos judiciales, Pye irrumpió armado con dos amigos cómplices en la casa de la nueva pareja de Yarbrough con la intención de robarle dinero, y la encontraron a ella sola con su bebé.
Pye y sus cómplices, a punta de pistola, robaron sus joyas a la mujer, la secuestraron y la violaron en un motel; después la llevaron a una carretera, le ordenaron tumbarse en el suelo y Pye le disparó tres tiros.
Uno de los cómplices, que era adolescente, confesó los hechos a las autoridades y testificó en contra Pye y el otro cómplice, quien recibió una condena de cadena perpetua.
El Tribunal Supremo de Georgia decidió en 1989 que las ejecuciones de personas discapacitadas intelectualmente van en contra de la constitución estatal, pero exigió demostrar esa condición más allá de toda duda razonable.
La sentencia de pena de muerte de Pye -que adicionalmente fue condenado a tres cadenas perpetuas y 20 años extra-, ha sido mantenida por tribunales de apelación estatales y federales a lo largo de los años.
Según CNN, tres de los jurados en el juicio de Pye dijeron recientemente que se oponían a su ejecución.