Washington, 22 ago (EFE).- Emocionado y algo nervioso “por el sentido de responsabilidad”, así se siente el astronauta estadounidense de origen salvadoreño Frank Rubio, unas semanas antes volar hacia la Estación Espacial Internacional (EEI) a bordo de la nave rusa Soyuz MS-22, en la que será su primera misión espacial.
“Estoy muy orgulloso, aunque todos nos sentimos un poco nerviosos por el sentido de responsabilidad”, apuntó este lunes en una rueda de prensa virtual.
Con el viaje de Rubio, Estados Unidos y Rusia retomarán los vuelos con tripulaciones mixtas, una práctica que había dejado de hacerse durante la última década.
Rubio llegó hace unos días a Rusia para completar su entrenamiento y está previsto que, junto con los cosmonautas Sergey Prokopyev y Dmitri Petelin, despegue hacia la estación espacial el miércoles 21 de septiembre a bordo de la nave espacial Soyuz MS-22 desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán.
“Es un honor y es increíblemente aleccionador estar en esta posición. La realidad es que en la historia de la humanidad hay menos de 600 personas que han logrado ir al espacio y me siento bendecido de ser uno de los pocos afortunados”, añadió.
Su vuelo a bordo de una Soyuz rusa fue anunciado por la agencia espacial rusa, Roscosmos, el pasado 15 de julio, tras la firma del acuerdo de vuelos mixtos a la Estación Espacial Internacional de cosmonautas rusos y astronautas estadounidenses.
Rubio, que se convirtió en astronauta en 2017, será ingeniero de vuelo y miembro de la tripulación de la expedición 68 de la estación.
Preguntado por cómo es la relación con sus compañeros rusos dada la coyuntura internacional derivada de la invasión de Ucrania, aseguró que los astronautas se llevan “muy bien” y son ya parte de su familia.
“Esto sigue siendo una forma de diplomacia y asociación donde podemos encontrar puntos en común y seguir logrando cosas juntos. Creo que ha sido una relación continua durante muchos años y esperamos que continúe por muchos más”, apuntó.
Nativo de Miami (Florida) de ascendencia salvadoreña, Rubio, de 46 años, se graduó en la Academia Militar de Estados Unidos en West Point y obtuvo el título de doctor en Medicina en la Universidad de Servicios Uniformados de Ciencias de la Salud en Bethesda (Maryland).
Antes de asistir a la Facultad de Medicina, sirvió como piloto de helicóptero UH-60 Blackhawk y voló más de 1.100 horas, incluyendo más de 600 horas de combate y peligro inminente limitadas durante los despliegues en Bosnia, Afganistán e Irak. Rubio es médico de familia y cirujano de vuelo certificado.