Los Ángeles (EE.UU.), 11 jul (EFE).- Las autoridades sanitarias de Arizona investigan un caso de peste bubónica en el que un residente falleció a causa de la enfermedad, lo que marca el primer caso mortal en humanos en Estados Unidos este año.
Patrice Horstman, presidenta de la Junta de Supervisores del Condado de Coconino, en el norte de Arizona, informó del deceso y explicó que por respeto a la familia de la víctima, no se divulgará información adicional.
Las autoridades locales no especificaron dónde la víctima pudo haber contraído la enfermedad.
Los casos de peste en humanos se consideran poco frecuentes; los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) reportan solo unos pocos al año.
No existe una vacuna contra esta enfermedad, que puede ser mortal si no se trata a tiempo, dado que la bacteria que causa la peste puede infectar los pulmones (peste neumónica) o la sangre.
Los estados del suroeste de EE.UU. concentran la mayoría de los casos, debido a que los roedores y sus pulgas son portadores de la bacteria, que puede transmitirse a los humanos.
No obstante, las autoridades sanitarias del condado de Coconino afirmaron que el riesgo de transmisión de persona a persona es muy bajo, y que el último caso de transmisión entre humanos reportado en EE.UU. se remonta a 1924.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), dependiendo del país y otros factores, del 30 % al 60 % de los infectados de peste bubónica fallece.
Los síntomas pueden desarrollarse después de un período de incubación que dura entre un día y una semana, según la OMS. Esos síntomas son fiebre repentina y escalofríos, dolor de cabeza intenso, dolores musculares, náuseas y vómitos, así como inflamación de los ganglios linfáticos, llamados bubones, que dan nombre a la forma más común de esta enfermedad.
La peste bubónica o muerte negra causó unos 50 millones de muertes en Europa en el siglo XIV, con subsecuentes epidemias en China e India.
En la actualidad, la República Democrática del Congo, Madagascar y Perú son los tres países con la más alta incidencia de peste bubónica endémica, según la OMS.