Desde el 1 de octubre, los dueños de propiedades en Austin comenzaron a deshacerse del grafiti de manera gratuita y sencilla con solo marcar al 311 y reportar el incidente, y en un plazo de 48 a 72 horas una cuadrilla especializada acudirá a limpiar la zona afectada.
El proyecto forma parte de un plan piloto aprobado por el Concejo Municipal y financiado con el “Clean Community Fee”, una tarifa de $5.45 incluida en los recibos de electricidad de los residentes. De esta forma, la ciudad dio respuesta a un problema que hasta entonces recaía únicamente en los bolsillos de los propietarios.
TIENE PRESUPUESTO
Las brigadas no eliminarán murales ni obras artísticas que los vecinos quisieran conservar, limitándose solo a las pintas consideradas vandalismo. En el caso de espacios públicos, la responsabilidad sigue siendo de las dependencias municipales correspondientes.
El programa, que cuenta con un presupuesto único de $567,775, se ha puesto en marcha por un año mientras se recopilan datos para evaluar su permanencia. Según las autoridades locales es una inversión necesaria en aras de proteger y embellecer Austin y hay que actuar ahora.
Con esta iniciativa, la ciudad no solo borró manchas en muros y cercas, sino que también reforzó el sentido de comunidad y orgullo por los espacios compartidos.


