Washington, 25 oct (EFE).- La elección del legislador Mike Johnson como nuevo presidente de la Cámara Baja estadounidense coloca en el poder de ese hemiciclo a un aliado del exmandatario Donald Trump (2017-2021), que para los demócratas es uno de los más extremistas del partido conservador.
El representante por Luisiana, de 51 años, ejerció en el Legislativo estatal de 2015 a enero de 2017 y posteriormente pasó al federal, donde es el vicepresidente de la Conferencia Republicana, el ente encargado de elegir al liderazgo republicano, aprobar asignaciones a los comités y el desarrollo de la estrategia de comunicación.
Cristiano evangélico ultraconservador, casado desde 1999 y padre de cuatro hijos, se autodefine en su web como un abogado “que ha dedicado su vida y su carrera a pelear por las libertades fundamentales y valores tradicionales”.
Su llegada al poder del hemiciclo en sucesión del también conservador Kevin McCarthy, destituido el pasado 3 de octubre tras una moción en su contra presentada por el radical Matt Gaetz, pone fin al caos parlamentario existente desde entonces, que los demócratas han calificado de “circo”.
En un primer momento fue designado aspirante el “número dos” de los republicanos en la Cámara Baja, Steve Scalise, y después el presidente del Comité Judicial, Jim Jordan. El primero se retiró antes incluso de llevar su candidatura al pleno, al constatar que no iba a tener los votos necesarios, y el segundo tras tres intentos fallidos.
El último damnificado fue Tom Emmer, elegido este martes, que desistió de su candidatura cuatro horas después de nuevo por el boicot interno, magnificado por las críticas públicas de Trump contra él.
Aunque el exmandatario republicano no dio su apoyo explícito a Johnson, al decir que ya no iba a posicionarse más a favor de ninguno, sí le felicitó al salir nominado y posteriormente también tras ser elegido.
“Será un gran ‘speaker’ y estaremos felices de ayudarle. Le conozco desde hace tiempo. Es un líder tremendo. Va a hacer que todos estemos orgullosos”, dijo este miércoles sobre el legislador, licenciado en Administración de Empresas y Doctorado en Jurisprudencia.
Para los demócratas, el nuevo “speaker” fue el “arquitecto” entre bambalinas de lo que llaman la “Gran Mentira” de Trump. El legislador ayudó a difundir teorías de conspiración electoral y lideró el intento de anular los resultados de las elecciones de 2020, en las que el demócrata Joe Biden se impuso.
Johnson fue de hecho integrante del equipo legal de Trump cuando este fue sometido a juicio político “impeachment”.
El Comité Nacional Demócrata le reprocha ser un “extremista antiaborto que ha apoyado y copatrocinado en repetidas ocasiones legislación nacional” en contra de la interrupción voluntaria del embarazo, y que ha pasado “toda su carrera política tratando de arrebatarle la libertad reproductiva a las mujeres y encarcelar a los médicos por brindarles atención médica”.
Johnson trabajó para la Alianza Defensora de la Libertad, un grupo anti LGBTQ+.
Para Marco Frieri, portavoz de los demócratas, podría ser el líder más “MAGA” que haya tenido la Cámara Baja. Ese es el acrónimo de “Make America Great Again” (Hagamos a Estados Unidos grande de nuevo), el eslogan de campaña y de la Presidencia de Trump.
Es parte del “círculo íntimo” del exmandatario y según los progresistas “no tiene problemas en usar el poder de su cargo para cumplir sus órdenes”, liderando entre otros esfuerzos para recortar la financiación de programas como la Seguridad Social.
Johnson ha conseguido sin embargo superar la división interna. Los anteriores aspirantes habían desistido o por voluntad propia o forzados por la falta de apoyos de una veintena de sus compañeros de bancada, y en el voto de este miércoles el respaldo recibido fue unánime.
Su primera declaración en su nuevo puesto dejó claras sus intenciones: “Impulsaremos una agenda política conservadora integral, combatiremos las políticas dañinas de la Administración de Biden y apoyaremos a nuestros aliados en el exterior. Y devolveremos la cordura a un gobierno que la necesita desesperadamente. Volvamos al trabajo”, sostuvo en X (anteriormente Twitter).
La presidencia interina estaba hasta ahora en manos del también conservador Patrick McHenry, designado por McCarthy, pero sin un presidente del hemiciclo no se pueden aprobar nuevos proyectos de ley ni resoluciones, en plena necesidad de negociar el presupuesto del actual año fiscal o ayuda a Israel o Ucrania.
El primer proyecto de ley que impulse como “speaker”, según detalló, será precisamente en favor de Israel, pero la gestión de la frontera con México y el tráfico de fentanilo son otras de sus prioridades.