Miami, 21 jun (EFE).- La Corte de Apelaciones de Florida (EE.UU.) denegó el recurso de reposición presentado por la defensa del hispano-estadounidense Pablo Ibar, en el que solicitó la revocación de la sentencia a cadena perpetua que la misma instancia judicial confirmó en abril pasado.
En el documento de tan solo una página, el Tribunal del Cuarto Distrito de la Corte de Apelaciones, localizado en West Palm Beach, al norte de Miami, “ordena que se deniegue la moción del apelante del 4 de mayo solicitando una nueva vista y opiniones escritas”.
De la orden de este órgano judicial se infiere que la defensa de Ibar se verá obligada a apelar al Tribunal Supremo de Florida, en demanda de una sentencia que deje sin efecto la pena que actualmente cumple por un triple homicidio que se perpetró en 1994 en localidad floridana de Miramar.
La defensa de Ibar, de 50 años, hizo hincapié en su recurso de reposición en que los jueces redactasen, en una nueva resolución, las razones que les habían llevado a rechazar la revocación de la condena.
“La ausencia de motivación escrita es relevante de cara a futuras apelaciones; ya que, por regla general, los altos tribunales no suelen revertir decisiones de otra instancia inferior que no están argumentadas”, señaló este miércoles la Asociación Pablo Ibar-Juicio Justo.
Pese a que la Asociación Pablo Ibar no esperaba una “resolución distinta a la que ahora se ha conocido, ya que rara vez un tribunal como el actual suele corregir sus propias decisiones”, si creía en la posibilidad de que la Sala “admitiese, al menos, algunas de las consideraciones que la defensa les hizo llegar”.
“Pero no ha sido así”, aseveró la Asociación.
Ibar, casado, padre de dos hijos y sobrino del boxeador vasco José Manuel Ibar “Urtain”, permanece encarcelado en Estados Unidos desde 1994 y ha sido juzgado cuatro veces por las muertes de Casimir Sucharski, dueño de un club nocturno, y de las modelos Marie Rogers y Sharon Anderson, tres crímenes que asegura que él no cometió.
Pasó 16 años en el corredor de la muerte hasta que, en 2016, un tribunal de apelación anuló la sentencia al considerar las pruebas “demasiado endebles”, y posteriormente su condena a muerte fue sustituida por cadena perpetua.