Washington, 28 jun (EFE).- El Tribunal Supremo de Estados Unidos decidió este viernes que acusar a los asaltantes del Capitolio del 6 de enero de obstrucción a la justicia fue inapropiado y que el Departamento de Justicia se sobrepasó.
Por 6 votos a 3, el máximo tribunal del país determinó que la fiscalía se excedió al acusar a centenares de personas que se amotinaron en el Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021 de obstrucción.
La decisión implica que los tribunales inferiores aplicarán ahora ese estándar y probablemente desestimarán los cargos contra muchos acusados.
Ese 6 de enero, unas 10.000 personas -la mayoría seguidores del expresidente republicano Donald Trump (2017-2021)- marcharon hacia el Capitolio y unas 800 irrumpieron en el edificio mientras se estaba certificando la victoria de Joe Biden. Hubo cinco muertos y cerca de 140 agentes heridos.
Desde entonces, más de 1.000 personas han sido arrestadas prácticamente en los 50 estados del país por delitos relacionados con el ataque y más de 350 han sido imputadas por asalto u obstaculización del cumplimiento de la ley, según datos del Departamento de Justicia.
El Tribunal Supremo determinó hoy que se podrían presentar cargos contra los alborotadores si los fiscales pueden demostrar que intentaban no sólo entrar al edificio a la fuerza, sino también impedir la llegada de los certificados que confirmaban los resultados de la elección.
El presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, redactó la opinión de la mayoría, que incluyó a una jueza liberal, Ketanji Brown Jackson.
La jueza Amy Coney Barrett presentó una opinión disidente a la que se sumaron las juezas Sonia Sotomayor y Elena Kagan.