Washington, 19 oct (EFE).- El legislador republicano Jim Jordan, aliado del exmandatario Donald Trump, se erige como una nueva víctima de la división de su partido en la Cámara Baja de Estados Unidos, donde este jueves se ha visto forzado a retirar temporalmente su candidatura a liderarla ante la falta de apoyos.
El actual presidente del Comité Judicial en ese hemiciclo ha congelado sus aspiraciones antes de que el escarnio público fuera a más. En la primera votación, el martes, logró 200 votos, 17 menos de los que necesitaba, y en la segunda, el miércoles, 199.
En su contra, una veintena de legisladores de su propio partido, de los 221 que tienen en total, que se niegan a respaldar a un representante del ala más dura de la formación, crítico con la ayuda a Ucrania y ferviente opositor al aborto.
Las rencillas internas habían sido igualmente el motivo por el que fue destituido el 3 de octubre el anterior presidente, el también conservador Kevin McCarthy, tras una moción en su contra presentada por el radical Matt Gaetz.
Jordan llegó al Congreso de Estados Unidos en 2007, tras hacer carrera en el legislativo estatal de Ohio desde 1995.
Fue el primer presidente del Caucus de la Libertad, bloque ultraderechista de la formación republicana creado en 2015 y cuyas presiones provocaron ese año la dimisión del entonces “speaker”, el también conservador John Boehner.
Campeón de lucha libre
Nacido en Ohio hace 59 años y cuatro veces campeón estatal de lucha libre, Jordan se autodefine en su web como un “fiscal conservador”. Tiene una licenciatura en Economía de la Universidad de Wisconsin, otra en Derecho en la Universidad Capital de Columbus (Ohio) y un máster en Educación en la Universidad Estatal de Ohio.
En esa última universidad fue además entrenador de lucha libre, un puesto que puso su carrera política en peligro cuando en 2018 antiguos alumnos le acusaron de haber hecho la vista gorda ante acusaciones de abuso sexual que estos lanzaron contra el doctor del equipo, de las que Jordan dijo no estar al tanto.
Valedor de Trump
Como presidente del Comité Judicial desde enero, Jordan ha aprovechado esa tribuna para poner contra las cuerdas a la Administración de Joe Biden con investigaciones sobre las supuestas injerencias del mandatario demócrata a favor de los negocios de su hijo Hunter.
Fue además uno de los 147 legisladores republicanos que votó en contra de certificar los resultados del Colegio Electoral que validaban la victoria de Biden en los comicios de 2020.
Esa lealtad a Trump se vio recompensada. El expresidente apoyó su candidatura a “speaker” frente a la de su compañero de bancada Steve Scalise. Y en 2021, mientras aún estaba en la Casa Blanca, le entregó la Medalla Presidencial de la Libertad, el más alto honor civil de EE.UU., por ser uno de sus mayores aliados en el Congreso.
Nominado al segundo intento
Jordan optó al puesto de “speaker” después de que el anterior nominado republicano, Steve Scalise, se retirara igualmente por falta de apoyos, en su caso de manera definitiva. En la votación interna que enfrentó a ambos, Scalise se impuso por 113 votos frente a 99.
Pero cuando este último abandonó la contienda, Jordan volvió a ofrecerse y salió elegido nominado frente a su nuevo contrincante, Austin Scott, por 124 votos a su favor y 81 en contra. En todo el hemiciclo, no obstante, necesita 217, y los números no le cuadran.
Su beligerancia hacía prever un nuevo mandato de divisiones internas que el legislador había intentado aplacar haciendo un llamamiento a la unión y a la necesidad de avanzar por el bien del país.
La presidencia interina sigue en manos del también conservador Patrick McHenry, designado por McCarthy, y sobre el que está en el aire la posibilidad de que se le concedan más poderes para que la Cámara Baja no vea frenado su funcionamiento hasta que se desbloquee la situación.