Washington, 21 jul (EFE).- El primer ministro de Canadá, Mark Carney, se reunió este lunes en Ottawa con una delegación de senadores estadounidenses para tratar de acercar posturas a poco más de una semana de que Washington active, el 1 de agosto, aranceles del 35 % sobre las importaciones del país vecino.
La delegación la han compuesto tres senadores demócratas, Ron Wyden, Catherine Cortez Masto y Maggie Hassan, y la republicana Lisa Murkowski, una de las pocas legisladoras conservadoras que ha destacado este año por no aprobar muchas de las medidas que ha impulsado el presidente estadounidense, Donald Trump.
“Somos personas que construyen puentes, no gente que crea obstáculos”, quiso subrayar hoy a los medios el demócrata Wyden a la salida del encuentro, de unos 45 minutos de duración, mantenido con Carney en el Parlamento canadiense.
Wyden habló también sobre uno de los contenciosos entre ambos países en materia comercial, las exportaciones del sector maderero canadiense, en especial las de madera blanda.
Carney adelantó hace días que se podría establecer una cuota máxima para estas exportaciones y el senador demócrata agradeció hoy la propuesta del primer ministro sobre este sector que Washington considera que está subsidiado por las autoridades canadienses.
La de hoy es la segunda delegación de senadores estadounidense que visita Canadá para tratar de aliviar las tensiones comerciales, después de que cuatro demócratas (Jeanne Shaheen, Tim Kaine, Amy Klobuchar y Peter Welch) y el republicano Kevin Cramer se reunieran también con Carney y otros representantes de su Gobierno en mayo.
Esa delegación pidió paciencia a Ottawa en las negociaciones y calificó la guerra comercial activada por Trump de “dañina y miope”.
Desde su retorno a la Casa Blanca el 20 de enero, Trump ha emprendido una guerra arancelaria con sus socios comerciales para aumentar la inversión exterior y tratar de corregir lo que considera “injustos” déficits comerciales.
El republicano ha enviado una serie de cartas a distintos socios asegurando que a partir del 1 de agosto les impondrá distintos tipos arancelarios (del 30 % a la Unión Europea o México, del 35 % a Canadá o del 25 % a Japón).
Los representantes de estos países y regiones buscan acelerar negociaciones de cara a lograr acuerdos que anulen o reduzcan estos porcentajes antes de dicha fecha.