Ciudad de México, 27 jun (EFE).- El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, defendió este martes la política que considera al gas natural como “energía limpia” pese a las críticas de asociaciones ambientalistas.
“Esto ya lo han hecho a nivel internacional porque una cosa es lo deseable y otra lo posible. Se desea que ya no se utilicen combustibles fósiles, que no se utilice el petróleo ni derivados, pero el proceso de transición o de ir a energías limpias, renovables, lleva tiempo”, argumentó en su rueda de prensa diaria.
El mandatario se refirió al decreto de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), que en mayo pasado cambió la regulación para considerar como energía limpia la generada con gas natural.
La modificación ocurre en el marco de la política energética de López Obrador, quien ha cambiado las reglas para favorecer a las empresas del Estado, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (Pemex).
Pero la nueva normativa “frena la transición energética” de México, que se comprometió a generar el 35 % de su energía con fuentes renovables para 2024, según un posicionamiento del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), Greenpeace México, Iniciativa Climática de México (ICM), y Nuestro Futuro.
“Las acciones tomadas por la CRE en este asunto dejan, una vez más, muy mal parado al presidente de México y a nuestro país. Con la aplicación de este acuerdo se frena (aún más) la transición energética en el sector eléctrico en México y con esto se viola el derecho humano a un medio ambiente sano”, alertaron.
López Obrador aseveró que él apoya que “los carros sean eléctricos, que se utilicen baterías de litio, que cada vez haya más energías eólica y solar”, pero alegó “que son procesos” que tardan.
Aunque reconoció que el gas sí es un combustible fósil, también señaló la existencia de la crisis energética por la guerra de Rusia en Ucrania, al acusar a China, Estados Unidos y Alemania de usar carbón.
“Por eso se decreta que el gas es una energía en transición hacia las energías limpias. Una (política de) energía que (considera) el gas como un combustible que se puede utilizar y no se considera energía sucia o de origen petrolífero”, sentenció.