Washington, 11 jun (EFE).- El pacto comercial alcanzado entre Estados Unidos y China en su negociación en Londres evita una “crisis inmediata” entre ambas potencias pero no elimina la incertidumbre que rodea a la política arancelaria de la Administración de Donald Trump, señalaron este miércoles expertos en un evento organizado por la consultora FGS Global y EFE News.

“Con suerte hemos evitado al menos la mayor crisis inmediata, pero uno de los mayores problemas actuales para la economía mundial es la falta de confianza, el nivel de incertidumbre al que se enfrentan los inversores”, dijo Matthis Kaiser, socio en la división de Relaciones Gubernamentales de FGS Global, firma especializada en servicios de consultoría estratégica.

Kaiser se pronunció en el foro que la consultora y EFE coorganizaron en Washington, que estuvo centrado en el futuro de los aranceles y los acuerdos comerciales, las relaciones comerciales entre EE.UU. y sus principales socios y el impacto regional de la política arancelaria de Trump en las cadenas de suministro.
El pacto cerrado el martes entre el Ejecutivo estadounidense y el chino, aún pendiente de aprobación, establece que EE.UU impondrá un 55 % de aranceles sobre Pekín, que a su vez mantendrá un 10 % de gravámenes a Estados Unidos.
Sus cláusulas incluyen la aprobación de visados a estudiantes chinos matriculados en universidades estadounidenses y el suministro por parte de Pekín a EE.UU. de cualquier mineral de tierras raras necesario.
“La gran pregunta es ¿hacia dónde nos dirigimos? A partir de aquí, ¿cuál es el nuevo punto de referencia? Habrá cambios. Habrá más fricción, ya que la competencia geopolítica está afectando claramente la toma de decisiones entre los gobiernos”, añadió Kaiser.
El acuerdo con China es paralelo a la negociación que Washington mantiene con otros socios tras el lanzamiento el pasado 2 de abril de los mal llamados “aranceles recíprocos”, sobre los que está en vigor hasta principios de julio una tregua parcial de 90 días mientras se negocian nuevos gravámenes.
“Trump no tiene un apego particular a ninguna política ni a ningún acuerdo legal si esto se interpone o le impide intentar conseguir algo más”, añadió en ese mismo encuentro el abogado David Olave, del bufete Sandler, Travis & Rosenberg.
El panorama macroeconómico, según Olave, “es incierto”: “Planeas una cosa y al día siguiente cambia. Se trata de un nuevo mundo. Algunas empresas y productos tienen mucho margen para ser creativos y encontrar una solución, o al menos para no verse tan afectados. Será trágico para algunos, pero no para la economía en general mientras haya negociación”.
Sarah Trister, directora gerente en FGS Global, estima que Trump, en muchos aspectos, “es menos ideológico que muchos miembros del Partido Republicano en Estados Unidos, que llevan hablando de China diez años”.
Para José Parra, también socio de FGS Global y dirigente de FGS Próspero, la agencia especializada en el sector latino, independientemente del resultado de la negociación arancelaria ha habido ya “un cambio de paradigma” en el proceso de toma de decisiones de Estados Unidos.
Y en dicho proceso, que Trump suele materializar a través de mensajes intempestivos publicados en su propia plataforma, Truth Social, el mandatario republicano, que el 20 de enero inició su segundo mandato, no es ajeno a las opiniones que se vierten sobre él.
“Es un ávido consumidor de medios, redes sociales y cable. Si lo escucha de su base, le prestará atención”, concluyó el experto, mientras que Trister añadió que también pesa en sus cambios de política la situación del “mercado de bonos, las encuestas y, en menor grado, el Congreso y lo que los legisladores oyen en sus propias comunidades”.