Washington, 12 may (EFE).- El Gobierno del presidente Donald Trump acabó este lunes con un amparo migratorio que protege a miles de ciudadanos afganos de la deportación y les permite trabajar legalmente en EE.UU..
La Administración republicana había adelantado a finales de abril sus planes para terminar con el Estatus de Protección Temporal (TPS) para las personas de Afganistán y varias organizaciones en defensa de los derechos humanos presentaron la semana pasada una demanda para bloquear la decisión.
En un comunicado este lunes, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) formalizó el fin del programa y explicó que, según el Gobierno de Trump, la situación de Afganistán ha “mejorado” y los migrantes que huyeron tras la salida de las tropas estadounidenses pueden volver a su país.
“Ha habido mejoras significativas en la seguridad y la situación económica, por lo que exigir el regreso de ciudadanos afganos a Afganistán ya no representa una amenaza para su seguridad personal”, indicó DHS en el texto.
Más de 9.000 afganos dependen del TPS para poder vivir y trabajar de manera legal en EE.UU..
El expresidente demócrata Joe Biden (2021-2025) decidió extenderles este amparo un año después de la salida estadounidense en 2021, que desencadenó una convulsa situación política y social con la vuelta de los talibanes al poder.
En la demanda en contra de la decisión de acabar con el TPS para Afganistán, las ONG denuncian que devolver a las personas de este país que se han asentado ya en EE.UU. las pondría en “peligro” al devolverlas a un país afectado por “hambrunas y abusos a los derechos humanos”.
A su vez, las organizaciones acusan al Gobierno de no haber seguido el procedimiento legal adecuado y de estar motivada por prejuicios raciales.
El Gobierno talibán en Afganistán y EE.UU. han estado dando pasos para mejorar su relación. Una delegación estadounidense de alto nivel visitó Kabul a inicios de abril, lo que supuso el primer encuentro directo que se conoce desde que los talibanes llegaron al poder en agosto de 2021.
Los talibanes han instado constantemente a Estados Unidos a reevaluar su enfoque hacia Afganistán, con una visión realista de la situación actual en el país.
A pesar de su control sobre Afganistán, el Gobierno talibán no cuenta con reconocimiento formal por parte de la comunidad internacional.
Esto supone un importante desafío para los esfuerzos de los talibanes por interactuar con Estados Unidos y otras naciones en el escenario internacional, ya que limita las interacciones diplomáticas y el acceso a la ayuda internacional y a los sistemas financieros.