Toronto (Canadá), 12 mar (EFE).- El Gobierno canadiense defendió este martes su proyecto de ley de Agravios En Línea, con el que quiere controlar “contenidos dañinos” en las redes sociales, después de que la escritora Margaret Atwood lo calificase de “orwelliano”.
El ministro de Justicia de Canadá, Arif Virani, declaró este martes en una rueda de prensa en Toronto que los críticos no han entendido el contenido del proyecto de ley y calificó de “ridículas” algunas de las opiniones vertidas en su contra.
El proyecto de ley del Gobierno del primer ministro, Justin Trudeau, no incluye en su definición de lenguaje del odio comentarios que pueden ser desagradable pero legales.
“No incluye insultos, comentarios ofensivos o bromas que son de mal gusto”, declaró Virani.
“La idea de que alguien utilizando su móvil una tarde mientras mira un partido pueda ser condenado o acabe con una orden de protección si insulta a alguien es ridícula”, añadió.
La semana pasada, Atwood, una de las escritoras más prestigiosas de Canadá y autora entre otras novelas de “El cuento de la criada” (“The Handmaid’s Tale”), criticó en la red social X ese proyecto de ley al señalar que abre la puerta a “falsas acusaciones por venganza”.
Es “orwelliano”, continuó la escritora, que comparó la legislación a las ‘lettre de cachet’, las cartas que los reyes de Francia utilizaban para enviar a alguien a prisión sin juicio.
Atwood no es la única que se ha pronunciado en contra. La Asociación de Libertades Civiles de Canadá considera que amenaza con censurar a periodistas o conversaciones sobre sexualidad y ha calificado como “draconianos” los castigos incluidos en la propuesta.
El proyecto de ley divide en siete las categorías de contenido dañino en línea, desde el utilizado para acosar a menores y el que incita a la violencia y el terrorismo, hasta el que sexualiza a niños pasando por el discurso del odio.
En este sentido, hará que sean las sentencias del Tribunal Supremo las que definan qué es discurso del odio.
También modifica el Código Penal para incrementar las penas por discurso de odio hasta un máximo de cadena perpetua.
Una exjueza del Tribunal Supremo de Canadá, Beverley McLachlin, ha declarado que la posibilidad de sentenciar a alguien a cadena perpetua por publicar palabras “es duro” y duda que pueda ser legal.