Toronto (Canadá), 13 nov (EFE).- El Gobierno canadiense anunció este jueves la segunda tanda de grandes proyectos estratégicos de infraestructura, que incluye minas, energía hidroeléctrica y gas natural, encaminados a posicionar Canadá como una “superpotencia” energética y fuente de minerales críticos.
El anuncio fue realizado por el primer ministro canadiense, Mark Carney, que anunció que referirá siete proyectos a la Oficina de Grandes Proyectos (OGP), creada en agosto para acelerar la aprobación de los llamados proyectos “nacionales”.
Los siete proyectos suponen inversiones de unos 56.000 millones de dólares canadienses (39.200 millones de dólares estadounidenses o 34.000 millones de euros) y proporcionarán unos 68.000 empleos.
El primer proyecto es un corredor minero-ambiental en el noroeste del país, Northwest Critical Conservation Corridor, que permitirá explotar minerales críticos como cobre, níquel, cobalto y tungsteno entre otros, además de designar una zona de conservación del tamaño de Grecia, con la participación de comunidades indígenas.
En relación con este corredor, se construirá una línea de transmisión de energía eléctrica que permitirá conectar regiones aisladas del noroeste de Canadá a la red eléctrica nacional y proporcionar energía limpia a las comunidades de la región.
También en noroeste del país, el Gobierno canadiense apoyará la aceleración de la construcción de la segunda mayor instalación de gas natural licuado de Canadá, Ksi Lisims LNG, que se espera atraiga una inversión de 30.000 millones de dólares.
Otros proyectos remitidos a OGP son tres minas de níquel, tungsteno y grafito.
El último proyecto es una central hidroeléctrica en las regiones árticas del país, Iqaluit Nukkiksautiit, que será la primera planta de estas características propiedad de los inuit, los aborígenes del Ártico de Canadá.
La planta evitará la necesidad de importar cada año 15 millones de litros de diésel para generar electricidad en la región.
En septiembre, Carney reveló la primera lista de proyectos de la OGP: la expansión de una terminal para la exportación de gas natural licuado, la expansión del puerto de Montreal, la construcción de reactores nucleares modulares de reducido tamaño y dos nuevas minas de cobre.
Con esta segunda tanda, las dos fases suman más de 116.000 millones de dólares canadienses en inversiones encaminadas a convertir a Canadá en una potencia energética y minera, reforzando la resiliencia económica y reduciendo la dependencia de un solo socio comercial.
La Oficina de Grandes Proyectos se creó en agosto en reacción a los aranceles impuestos por Estados Unidos a sus productos, y las nuevas políticas proteccionistas de la Administración del presidente Donald Trump, y con el objetivo de acelerar la aprobación de los llamados proyectos “nacionales” para reactivar la economía canadiense. EFE
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