Miami, 24 jun (EFE).- El gobernador de Texas, Greg Abbott, vetó un proyecto de ley que planteaba la prohibición de la venta de productos con tetrahidrocannabinol (THC), el componente psicoactivo del cannabis, en el estado del sur de Estados Unidos, llamando en su lugar a regularizar esta industria que se encuentra al alza.
El proyecto de ley ya había recibido la aprobación del Congreso local y estaba a la espera de ser aprobado por Abbott, quien alegó que, aunque la medida “tiene buenas intenciones”, nunca habría entrado en vigor “debido a impugnaciones constitucionales válidas” por los defectos legales que se incluyen en ella.
“Si permitiera que el proyecto de ley se convirtiera en ley, su aplicación se suspendería durante años, dejando sin abordar los asuntos existentes”, alegó el mandatario del partido Republicano.
En lugar de prohibir todos los productos con THC, un paso que habría supuesto un golpe para la creciente industria cannábica en el estado, Abbott abogó por su regularización.
“Para garantizar el mayor nivel de seguridad para los menores así como para los adultos, que obtienen un producto más peligroso del que esperaban, Texas debe regular enérgicamente el cáñamo y hacerlo de inmediato”, argumentó.
Esta decisión no cortaría de golpe el crecimiento de la potente industria del cannabis que surgió en Texas a partir de 2018, cuando el Congreso de Estados Unidos legalizó en todo el país la venta y producción del cáñamo, una de las variantes de la planta de cannabis, que contiene cantidades bajas del THC.
Desde entonces, se abrieron centenares de negocios en Texas y otras partes del país especializados en la venta de artículos con THC y es común ver desde gomitas hasta cigarrillos electrónicos (‘vapes’) y bebidas de esta sustancia en gasolineras y licoreras.
La producción y venta de productos de THC en Texas genera más de 5.500 millones de dólares anuales y le inyecta al estado unos 268 millones en impuestos, y la industria también es responsable de unos 53.300 puestos de trabajo, de acuerdo con un reporte publicado en marzo encargado por la firma a favor del cannabis Whitney Economics.
El impulsor de la prohibición fue el vicegobernador de Texas, el republicano Dan Patrick, quien dijo el lunes en una rueda de prensa que estaba sorprendido por el veto, y aseguró que sería imposible regular “entre 8.000 y 9.000 establecimientos”.
Tanto él como algunos de los legisladores que apoyaron su propuesta acusaron a las empresas de THC de estar abriendo negocios “a pocos pasos” de las escuelas en el estado con el objetivo de atraer menores de edad.
La marihuana con fines lucrativos está legalizada en 24 de los 50 estados del país. El uso medicinal, sin embargo, está permitido en 47 estados, incluyendo Texas.