San Juan, 19 dic (EFE).- El fundador de la plataforma de criptomonedas FTX, Sam Bankman-Fried, detenido en Bahamas, aceptó este lunes voluntariamente ser extraditado a Estados Unidos, donde está acusado de ocho cargos por la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York.
El abogado de Bankman-Fried, Jerone Roberts, confirmó a los periodistas que su equipo legal está ahora preparando “los documentos legales necesarios” para la partida de su cliente de Bahamas a EE.UU.
Estas declaraciones llegan después de una caótica y confusa vista en el Tribunal de Bahamas, donde compareció horas antes Bankman-Fried sin resolverse en un inicio su posible extradición.
Roberts dijo entonces al juez Shaka Serville que estaba sorprendido de ver a su cliente en la Corte porque aún no se había presentado ninguna solicitud formal para ello.
Asimismo, el letrado recriminó al magistrado que el procedimiento se estaba desarrollando “prematuramente” y sin su participación.
La vista se celebró después de que la víspera se informara de que el joven financiero, caído en desgracia a sus 30 años, había cambiado de opinión y no trataría de impugnar su extradición a EE.UU.
Bankman-Fried está encarcelado en el Departamento de Servicios Penitenciarios de Bahamas desde el pasado martes, después de que se le denegara la libertad bajo fianza por riesgo de fuga.
El fundador de FTX está acusado de ocho cargos, entre ellos el de fraude electrónico, lavado de dinero y violación de las leyes de financiación de campañas políticas por la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York.
Alameda Research era la firma de inversiones creada por el mismo Bankman-Fried, en la que supuestamente utilizó miles de millones de dólares de los clientes de FTX sin su conocimiento para llevar a cabo arriesgadas operaciones.
Pero los cargos tienen además una dimensión política: uno de ellos lo acusa de “cometer delitos contra los Estados Unidos implicándose en violaciones de leyes federales relativas a la confección, recepción e información de contribuciones, donaciones o gastos” incurridos en elecciones federales.
Además, Bankman-Fried se enfrenta también a otra demanda, en este caso de la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos (SEC), que lo acusa de orquestar un fraude contra los inversores.
FTX se declaró en quiebra el pasado 11 de noviembre y a finales de ese mismo mes, los nuevos gestores de la compañía comparecieron por primera vez ante el tribunal de bancarrotas del estado de Delaware (EE. UU.) para comenzar el proceso de reestructuración.
La plataforma, que llegó a estar valorada en 32.000 millones de dólares, podría tener más de un millón de acreedores en todo el mundo. Hasta ahora, la compañía ha admitido que debe más de 3.000 millones de dólares a sus 50 principales acreedores.