Washington, 1 ago (EFE).- Donald Trump tiene toda su energía puesta en la campaña electoral y es de momento el favorito entre los republicanos para optar a la Casa Blanca, pero cada vez está más cercado por la Justicia y la imputación de este martes por el asalto al Capitolio, la más esperada de todas, le complica sus aspiraciones.
Trump fue acusado hoy de cuatro cargos por supuestamente intentar revertir el resultado de las elecciones de noviembre de 2020, en las que perdió frente al demócrata Joe Biden, unos esfuerzos que culminaron con el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.
Han pasado 937 días desde que aquella fecha, cuando una turba de simpatizantes del entonces presidente, animados por él, marcharon hacia la sede del Congreso y acabaron entrando a la fuerza para tratar de impedir la confirmación de Biden.
Tras meses insinuándolo, el pasado noviembre el exmandatario (2017-2021) confirmaba que iniciaba el camino para volver a la Casa Blanca y convertirse, primero, en el elegido de los conservadores, para luego participar en las presidenciales de 2024.
Volvió como precandidato presidencial a la primera línea de la política, un lugar que en verdad nunca abandonó, pues no fue ni aislado, ni castigado, por ser cómplice de una de las escenas más vergonzosas de la democracia estadounidense, el asalto al Capitolio.
Desde su anuncio ha participado en numerosos actos públicos pidiendo el apoyo de la militancia, poniendo en la diana a dos enemigos que él considera sinónimos y verdugos de sí mismo: Joe Biden y la Justicia.
En su carrera le acecha un rival importante, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, pero también el que fue su vicepresidente, Mike Pence, entre otros.
Trump había logrado hasta ahora escapar de este incidente que supone uno de los episodios más negros en la historia de Estados Unidos, que dejó 5 muertos y cerca de 140 agentes heridos, y por el que ya ha habido cientos de imputados y condenados.
Finalmente, dos años y medio después, ha llegado esta imputación. Y ya no es la primera, porque antes llegaron los cargos penales por el caso de Stormy Daniels, la actriz porno cuyo silencio presuntamente intentó comprar, y en junio le llegó la acusación más grave hasta el momento: 40 delitos por llevarse, ocultar y no querer devolver papeles clasificados que no debieron salir nunca de la casa Blanca.
Trump tiene también juicios pendientes por posibles delitos fiscales cometidos por la Organización Trump, investigaciones por asuntos relacionados con sus negocios, por agresión a mujeres o incluso por problemas con su propia familia.
Y durante su mandato fue el único presidente de EE.UU. que ha sido sometido a un juicio político (impeachment) dos veces por la Cámara de Representantes, por presionar a líderes ucranianos para investigar a Biden y por el asalto al Capitolio. En los dos resultó absuelto por el Senado.
EL REY DE TITULARES QUE NO ACEPTÓ PERDER
Impredecible y espontáneo, Donald Trump (Nueva York, 1946) fue el terror de la prensa durante su Administración por sus inclinaciones a hacer cualquier anuncio importante sin previo aviso y por arremeter contra medios y periodistas críticos con él.
Unos meses después de ser expulsado por Twitter tras los sucesos del Capitolio, en octubre de 2021 anunció la creación de Truth Social, su propia red social, desde la que alienta a sus seguidores y mantiene viva la llama de su “Make America Great Again” (MAGA, por sus siglas en inglés), el eslogan con el que ahora se conoce a su movimiento político, los MAGA.
Lanzando mensajes por esta vía ha sido el rey de los titulares durante los últimos dos años, con Joe Biden en el centro de la diana. Fiel a su estilo, Trump se convirtió en el primer presidente saliente en 152 años que no asistió a la toma de posesión de su sucesor.
Un particular detalle que puso fin a una Presidencia que dividió al país y al mundo, como quizás ningún otro mandatario estadounidense.
Guiado toda su vida por una fuerte necesidad de aprobación, el mandatario se dejó la piel en decenas de mítines durante una intensa campaña en 2020, pero no logró recuperar su popularidad, lastrada por las muertes de la pandemia, la crisis económica y un fuerte movimiento popular contra el racismo.
Perdió en las urnas, pero se negó a aceptar el resultado de los comicios, llevando a cabo una campaña infructuosa de desacreditación que terminó forzosamente tras los sucesos del Capitolio.
SU PRINCIPAL ARMA, LA PROVOCACIÓN
Desde que llegó al poder en enero de 2017, Trump abrazó la provocación como forma de Gobierno y herramienta de distracción, atacando a los medios de comunicación y poniendo a prueba a las instituciones del país, cuyos tribunales tramitaron cientos de demandas contra muchas de sus políticas.
Según un recuento de The Washington Post, a lo largo de su mandato lanzó unas 30.000 mentiras o afirmaciones falsas. Con el lema “Estados Unidos primero”, Trump puso patas arriba la relación con aliados de Washington como Canadá y la Unión Europea, protagonizó un histórico acercamiento con Corea del Norte que luego se estancó, y convirtió a China en su peor enemigo con una guerra comercial.
Su ascenso al poder fue una reacción al mandato de Barack Obama, cuyo legado se esforzó en destruir, aunque no logró su objetivo de derogar la reforma sanitaria “Obamacare”.
Su otra promesa estrella, la construcción del muro en la frontera con México, la cumplió parcialmente, en un mandato en el que hubo importantes retrocesos en materia de inmigración.
DE DEUDOR A MILLONARIO
Nacido en una familia descendiente de emigrantes alemanes, Donald John Trump se licenció en Economía Financiera y a los 28 años tomó el relevo de la empresa inmobiliaria de su padre para adentrarse después en el sector de los casinos, con un ascenso marcado por las deudas.
Productor de los concursos de belleza Miss Universo y Miss América, Trump estrenó la década pasada su propio programa de televisión, “El aprendiz”, algo que alimentó su fama e impulsó su carrera presidencial.
El multimillonario está casado con la modelo eslovena Melania Knauss desde 2005, con la que tiene un hijo. Con anterioridad, estuvo unido a Ivana Trump, fallecida recientemente y con la que tuvo tres hijos, y a la actriz Marla Maples, con la que tuvo una hija.