Monterrey (México) 29 ene (EFE).- Nuevo León, el estado más poblado en la frontera norte de México, con 6,1 millones de habitantes, se prepara para recibir a migrantes deportados desde Estados Unidos con la instalación de un albergue por parte de agentes del Ejército y la Guardia Nacional.
Ante las potenciales deportaciones masivas, producto de las políticas antiinmigrante del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, los agentes adaptaron un polideportivo, ubicado en el municipio de El Carmen, a una hora de la ciudad de Monterrey, capital del estado, con capacidad para 1.400 personas.
Autoridades de Nuevo León informaron este miércoles que trabajan en coordinación con el Gobierno federal en la adaptación del espacio y las estrategias para hacer frente a la situación que podría presentarse.
“Estamos en constante comunicación y coordinación con la Secretaría de Gobernación, que va a atender ese albergue”, dijo Martha Herrera, secretaria de Igualdad e Inclusión del Gobierno de Nuevo León.
Sin embargo, aseguró, que desde diciembre pasado, el Gobierno estatal trabaja en la implementación de la estrategia migratoria con las autoridades federales.
Indicó que el albergue tiene un 90 % de avance y estará concluido en los próximos días.
Herrera dijo que, hasta ahora, no se tiene una cifra de la cantidad de migrantes deportados que podrían estar arribando a Nuevo León.
“No tenemos claridad (en cuanto a posible número de migrantes), te puedo decir números, pero la verdad es que podemos se puede ir incrementando en las próximas semanas o meses, pero estamos listos”, afirmó.
Precisó que por instrucciones del Gobierno federal, Nuevo León tendrá solamente un albergue “y tiene capacidad para 1.400 personas”, señaló.
No obstante, compartió que con la capacidad que tiene el estado y los 1.400 espacios del albergue se estaría hablando de dar atención a unas 2.800 personas.
En el lugar se levantaron cinco carpas de grandes dimensiones, en donde se contemplan áreas de dormitorios, así como los espacios destinados a las zonas de comedor y regaderas, para las que se cumplieron trabajos de instalación de tuberías para el abasto de agua y energía eléctrica.
Herrera dijo no tener noticias de un incremento de migrantes en la aduana de la comunidad mexicana de Colombia, que conecta a Nuevo León con Laredo, en Texas.
Explicó que por la citada aduana “no están repatriando personas, pero estamos atentos y prevenidos para atenderlos de forma completa (…) hay algunos estados donde sí están recibiendo deportados”.
Explicó que en los últimos años, en promedio, alrededor de 100.000s migrantes pasan por Nuevo León y unos 2.000 piden asilo temporal, números que seguramente crecerán en los primeros meses de la segunda administración de Donald Trump.