Washington, 14 sep (EFE).- El Banco Mundial (BM) se centrará en promover la adaptación de los países de Latinoamérica y el Caribe a los efectos destructivos del cambio climático, según la nueva hoja de ruta para la acción climática en la región publicada este miércoles por el organismo.
Aun así, la institución, con sede en Washington, tratará de que estas acciones vayan ligadas a un esfuerzo de descarbonización de la economía, con el objetivo de “obtener el beneficio colateral de trabajar en actividades de bajo carbono”, dijo la especialista de Medio Ambiente del Banco Mundial Ana Bucher durante un evento con la prensa.
Bucher recordó, en este sentido, el plan del Banco Mundial para que al menos el 35 % de su financiación durante los próximos 3 años -hasta 2025- genere beneficios colaterales climáticos.
Este plan, que se anunció a finales de 2020, sustituyó a la meta del 28 % de inversiones con beneficios climáticos que se estableció como parte del Primer Plan de Acción sobre el Cambio Climático, entre 2016 y 2020.
Latinoamérica, que apenas contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero que aceleran el calentamiento global, es una de las regiones que más están sufriendo los efectos de la crisis climática.
Se prevé que estos efectos se ceben con los sectores más vulnerables de la población, agravando la pobreza extrema y obligando a millones de personas a desplazarse a las ciudades ante la imposibilidad de seguir trabajando en el sector de la agricultura o la ganadería.
Bucher, de hecho, alertó que los impactos del cambio climático podrían empujar a más de cinco millones de personas en la región a la pobreza extrema para el año 2030.
La experta cifra, además, en 17 millones el número de personas que podrían verse forzadas a emigrar a las ciudades por no poder dedicarse a la agricultura o la ganadería hasta el año 2050.
Ya que los efectos del cambio climático son más devastadores para los sectores más pobres, Bucher propuso que la planificación de la adaptación a los desastres naturales “empiece por las poblaciones más vulnerables: las rurales, las indígenas y las mujeres, que generalmente trabajan en el sector agrícola”.
La especialista del Banco Mundial también remarcó la importancia de fomentar una transición de la economía, y especialmente de la agricultura, que produce casi la mitad de las emisiones contaminantes de la región, a un modelo sostenible para evitar “puntos de inflexión” en ecosistemas claves, como la cuenca del Amazonas.