Washington, 12 may (EFE).- Ni rastro este jueves de Donald Trump en el que era uno de los hoteles más emblemáticos de Washington DC, después de que anoche operarios quitaran los carteles con el nombre del que fuera presidente de EE.UU. entre 2017 y 2021 y propietario del establecimiento antes de su venta.
“Llevo sentada aquí un rato y estaba pensando que faltaba algo en la fachada del hotel; pero ahora acabo de darme cuenta”, dijo a Efe divertida Sarah, una turista de Ohio, que estaba sentada en un banco frente al que hasta el día anterior era el Trump International Hotel de la capital.
Este miércoles, un grupo inversor de Miami completó la compra por 375 millones de dólares del establecimiento, de cinco estrellas y que reabrirá próximamente como un hotel Waldorf Astoria.
Un grupo de trabajadores retiró después las emblemáticas letras doradas del apellido Trump que había a la entrada del edificio, que emula un castillo medieval.
La Organización Trump informó a través de un comunicado que el inmueble fue comprado por el CGI Merchant Group, que lo rebautizará como Waldorf Astoria, una lujosa cadena de hoteles estadounidense.
La compañía hotelera del expresidente afirmó que la venta tuvo “un resultado fantástico para ambas partes”, si bien no detalló la cifra de la transacción, que según el periódico The New York Times fue de 375 millones de dólares.
“El Trump International Hotel de Washington DC se ha convertido en uno de los hoteles más icónicos de todo el mundo”, reivindicó la Organización Trump en el comunicado.
El hotel, con 263 habitaciones y situado en la avenida de Pensilvania entre la Casa Blanca y el Capitolio, fue inaugurado en septiembre de 2016, en plena campaña electoral, un par de meses antes de que Trump ganara las presidenciales.
Su venta se anunció en noviembre del año pasado, pero estaba pendiente de la aprobación de la Administración General de Servicios (GSA, en inglés), ya que el inmueble era la antigua Oficina Postal, propiedad del Gobierno federal, que lo arrienda a privados.
Según medios de comunicación, el hotel perdió 70 millones de dólares entre 2016 y 2020.
Durante la Presidencia de Trump, el icónico edifico se convirtió en escenario principal de las intrigas palaciegas de Washington, y captó la atención por los empresarios y políticos que allí se hospedaban, en muchos casos con la esperanza de cerrar tratos con figuras de la Administración.
Eso inspiró al periodista Zack Everson, que creó un boletín (“newsletter”) sobre el hotel y se autoproclamó como corresponsal a tiempo completo en el establecimiento para documentar las entradas y salidas de quienes se alojaban en el número 1100 de la avenida Pensilvania, que dio su nombre a su proyecto, 1100 Pennsylvania.
Everson dejó de elaborar ese boletín, que enviaba por correo electrónico a más de 2.000 suscriptores, tras la salida de Trump de la Casa Blanca en enero de 2021 y la puesta en venta de su hotel.