Washington, 3 ago (EFE).- EE.UU. insistió este miércoles en que no ve motivo para que China convierta la visita a Taiwán de la presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi, en “una crisis”, pese a que tras este viaje posiblemente se vea abocado a una escalada de tensión con el gigante asiático.
Pelosi se marchó este miércoles de Taiwán en dirección a Corea del Sur después de un viaje de dos días a la isla, que ha desatado la ira de Pekín, que ha anunciado el comienzo el jueves de maniobras militares con fuego real en zonas alrededor de ese territorio.
La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, se mantuvo este miércoles fiel a la retórica del Gobierno desde que se filtraran en los medios las intenciones de Pelosi de visitar Taiwán.
“Sabíamos que China se iba a comportar de esta manera, vamos a estar vigilantes, trataremos con lo que Pekín elija hacer”, apuntó Jean-Pierre.
BIDEN ASEGURA QUE NO TIENE NADA QUE VER CON LA VISITA
En todo momento, la Administración de Joe Biden ha buscado desvincularse de esta visita y ha subrayado que es una decisión personal de Pelosi, la responsable de mayor rango estadounidense que visita Taiwán en un cuarto de siglo.
El director ejecutivo del laboratorio de ideas Global Taiwan Institute, Russell Hsiao, dijo a Efe que aparentemente la Casa Blanca hizo todo lo que pudo para desaconsejar a Pelosi que fuera a Taiwan, a la luz de las desavenencias públicas y las declaraciones oficiales sobre la inquietud de las Fuerzas Armadas de EE.UU. sobre este viaje.
“Básicamente, esta es una decisión de la presidenta (de la Cámara Baja) y creo que el presidente Biden respetó el principio fundamental del sistema político de EE.UU., la separación de poderes”, apuntó.
El experto en Asia Thomas Shattuck, del centro de pensamiento Foreign Policy Research Institute, precisó a Efe que cuando un miembro del Congreso hace este tipo de viajes normalmente tiene el apoyo de las Fuerzas Armadas en lo que respecta al transporte y la logística.
Por tanto, dedujo, “ha habido coordinación dado que ella tomó un avión militar y el presidente es el comandante en jefe. Pero más allá de eso no hay ninguna coordinación, está muy claro a la luz de las declaraciones que han aparecido, las filtraciones… que la Administración no está muy contenta con su decisión”.
De hecho, China ha mostrado su malestar de inmediato con el anuncio de las maniobras militares y la imposición de sanciones económicas contra Taiwán.
El historiador especializado en Taiwán James Lin, profesor de la Universidad de Washington, auguró que es posible que las represalias de Pekín continúen en las próximos días y semanas, ya que no ha hecho más que incrementar “sus dotes teatrales nacionalistas” de cara a su audiencia doméstica y extranjera.
Aun así, Lin señaló que “es posible” que China solo aplique el castigo a Taiwán y no contra EE.UU.
UN INDOPACÍFICO “MÁS INESTABLE”
Shattuck se manifestó seguro al “100%” de que va a haber una escalada de tensión entre las dos grandes potencias internacionales, que va a hacer que la región del Indopacífico sea más “inestable”.
En su opinión, las maniobras militares que China iniciará mañana suponen “una medida muy provocadora”: “van a probar municiones de fuego real y misiles en áreas en las que pueden pasar civiles, o barcos civiles o contenedores”, remarcó.
Esos ejercicios, agregó, suponen que habrá embarcaciones que tendrán que ser desviadas para evitar el estrecho de Taiwán, porque no se sabe lo que va a pasar. “Existe la posibilidad de que ocurra un accidente y si ocurre, o alguien malinterpreta un movimiento o acción se seguirá subiendo en la escalada”, reflexionó.
Por lo pronto, EE.UU. tiene varios buques de guerra en la zona: Una portavoz de la Flota del Pacífico de EE.UU. detalló a Efe el martes que el país tiene cerca de Taiwán el Grupo de Combate del Portaaviones Ronald Reagan y el barco anfibio USS Tripoli.
No obstante, matizó que el grupo de combate lleva a cabo “operaciones de rutina en el mar del sur de China y en el mar de Filipinas”.
Dicho grupo incluye el portaaviones USS Ronald Reagan, el destructor USS Higgins y los cruceros con misiles guiados USS Antietam y USS Chancellorsville, enumeró la fuente, que añadió que el buque de asalto anfibio USS Tripoli desarrolla “operaciones de rutina” en el mar de Filipinas.
Pese a que era previsible un aumento de la tensión, la propia Pelosi sostuvo en un artículo de opinión publicado ayer en el diario The Washington Post que su visita sirve para “apoyar” la democracia de la isla ante las “amenazas” que sufre por parte de China.
“Al viajar a Taiwán, honramos nuestro compromiso con la democracia y reafirmamos que las libertades de Taiwán y de todas las democracias deben respetarse”, afirmó en la columna de opinión.
Lin, que se encuentra actualmente en Taiwán, opinó que, aparte de demostrar y reafirmar el respaldo de EE.UU., con este viaje Pelosi ha querido transmitir a los aliados que su país está comprometido con la seguridad en la región.
Lin explicó, además, que el Congreso estadounidense, tanto por parte de los demócratas como de los republicanos, ha sido bastante protaiwanés: “Creo que Pelosi y el resto de congresistas se ven a sí mismos representando el sentimiento pro Taiwan dentro del Poder Legislativo” estadounidense, señaló.