Washington, 17 may (EFE).- El Pentágono ha concluido que no se cometieron errores durante el ataque del 18 de marzo de 2019 contra la localidad siria de Baguz, donde decenas de personas fallecieron en el último tramo de la ofensiva contra el grupo Estado Islámico (EI), tras una investigación interna dada a conocer este martes.
Según un resumen de esas pesquisas, lideradas por el general Michael Garrett, el EI había lanzado ese día un contraataque de forma exitosa contra las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza armada encabezada por los kurdos, apoyada por Washington.
En consecuencia, las FSD solicitaron ayuda de la coalición internacional, dirigida por EE.UU.
El comandante estadounidense sobre el terreno recibió “confirmaciones repetidas de que no había ningún civil en las áreas bombardeadas”, y autorizó respaldar los ataques aéreos, indica el informe.
No obstante, el documento destaca que “sin conocimiento” del comandante sobre el terreno “había civiles dentro del radio de la explosión”, lo que resultó en bajas de no combatientes.
Garrett, que es jefe del Comando de la Fuerza Aérea de EE.UU., afirmó que en su revisión no ha visto que se haya violado ninguna ley de la guerra o que haya algún tipo de infracción.
Aun así, el general sí que halló fallos en la investigación preliminar que se llevó a cabo antes que la suya, y así se lo ha hecho llegar a sus superiores.
En ese sentido, el portavoz del Pentágono, John Kirby, apuntó este martes a los periodistas que Garrett les ha transmitido su “decepción” por el hecho de que no se cumplieran algunos plazos y que en aquella indagación preliminar se aceptara información deficiente, que obstaculizó que se hiciera una “evaluación completa” durante meses.
En su día, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó del fallecimiento de doce civiles -cinco menores y siete mujeres- en un bombardeo de la coalición internacional, mientras que la agencia de noticias estatal Sana dijo que fueron diez los muertos.
Más tarde, medios de comunicación estadounidenses elevaron la cifra de víctimas mortales a 80.
Una investigación del diario The New York Times, publicada en noviembre pasado, recogía alegaciones de que responsables militares y civiles estadounidenses pudieron haber escondido la cifra real de fallecidos.
Según el rotativo, el número de muertos estuvo claro desde un primer momento para los comandantes de EE.UU, pero las FSD llevaron a cabo maniobras para ocultar la cifra.
El Inspector General del Departamento de Defensa, una figura independiente, inició pesquisas sobre este asunto, pero su informe final quedó paralizado y se eliminó cualquier mención al bombardeo, de acuerdo a The New York Times.
Finalmente, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, ordenó a finales de noviembre la investigación independiente liderada por Garrett.