Nueva York, 9 sep (EFE).- Novak Djokovic, segundo favorito, y Daniil Medvedev, tercero, disputarán el domingo una final del Abierto de Estados Unidos que podría ser histórica para el serbio, pero todavía hay gente en Nueva York suspirando por el sueño roto de haber visto en el encuentro por el título al genio de Belgrado contra Carlos Alcaraz, vigente campeón y hasta el lunes número uno del mundo.
“Me hubiera encantado jugar una final contra Novak, pero Daniil se merece más que yo estar en esa final, no hay nada más que decir”, zanjó Alcaraz el viernes tras caer en semifinales ante una versión soberbia de Medvedev.
Con el campeón de 2022 ya sin opciones de repetir corona, el Arthur Ashe Stadium acogerá el domingo a partir de las 16 horas de Nueva York (20 horas GMT) este nuevo cara a cara entre los dos tenistas que jugaron la final del Abierto de EE.UU. de 2021.
Aquella final fue memorable para Medvedev, que conquistó su primer y único ‘grande’ hasta el momento.
Pero también es un doloroso recuerdo para Djokovic, que vio frustrado su histórico intento de conquistar los cuatro ‘grand slam’ en un año natural.
La ‘revancha’ contra el de Moscú no es, sin embargo, el gran aliciente de ‘Nole’ para esta final del ‘grande’ neoyorquino.
Junto a Serena Williams, Djokovic es el tenista con más ‘grand slam’ (23) en la Era Open, pero si se llevara el título mañana igualaría a Margaret Court (24), que tiene el récord absoluto.
A sus 36 años, Djokovic vive un momento excelente, tanto que se ha clasificado para las cuatro finales de los cuatro ‘grand slam’ de 2023 (ya lo hizo en 2015 y 2021) y la próxima semana recuperará el número uno de la ATP.
A estas alturas de su carrera, prácticamente todo lo que hace el serbio, ganador del Abierto de Australia y Roland Garros este año, tiene posibilidades de batir algún récord o de alcanzar alguna marca nunca antes lograda.
Por ejemplo, el triple campeón en Nueva York disputó el viernes su partido número 100 en el Abierto de EE.UU (solo tres hombres más habían llegado a esa cifra), compitió en su semifinal número 47 en un ‘grande’ (récord histórico) y se clasificó para su décima final en Flushing Meadows (iguala la marca de Bill Tilden).
En su camino a la final, a priori más sencillo que el otro lado del cuadro, Djokovic vivió un susto tremendo en la tercera ronda contra su compatriota Laslo Djere (38), quien le obligó a remontar dos sets en contra en un partido que le colocó al borde de la eliminación.
Al margen de ese turbulento día, Djokovic no ha cedido ni un solo set en el resto del torneo y acabó con las esperanzas del público estadounidense ya que superó a los tenistas ‘locales’ Taylor Fritz (9) en cuartos y al joven Ben Shelton (47) en semifinales.
UN MEDVEDEV ESTELAR
Resulta difícil exagerar el espléndido recital de Medvedev en semifinales ante Alcaraz que sin duda figura ya como uno de los mejores partidos de su carrera.
Implacable y impresionante desde el fondo de la pista, muy seguro con su saque, agresivo y brillante en el resto…
Tal vez el moscovita, de 27 años, no sea el tenista más estético u ortodoxo del circuito, pero resulta evidente que es el único capaz de discutir el dominio actual en la ATP de Alcaraz y Djokovic.
El camino de Medvedev a su tercera final del Abierto de EE.UU. ha incluido, aparte de Alcaraz, obstáculos peliagudos como el australiano Álex de Miñaur (13) en octavos o el también ruso Andrey Rublev (8) en cuartos.
Medvedev no tiene a favor su balance previo contra Djokovic (9-5 para el serbio), pero este año se han repartido los dos duelos entre ambos: victoria para el balcánico en Adelaida y triunfo para el ruso en Dubái.