Socoltenango (México), 3 feb (EFE).- Unas 400 personas víctimas de desplazamiento forzado como consecuencia de la guerra entre carteles del narcotráfico que se disputan la zona fronteriza de México con Guatemala retornaron este sábado sin las garantías de seguridad a sus comunidades de Socoltenango, estado de Chiapas, sureste del país.
Este fin de semana se movilizaron las últimas 68 personas integradas por 17 hombres, 16 mujeres, 15 niñas y 7 niños del poblado Nuevo Chejel y Puerto Rico, del municipio de Socoltenago, quienes manifestaron un sentimiento de temor de lo que les ocurra a su regreso.
“Si regresamos es para probar, hemos platicado con la familia que si vemos nuevamente que hay disparos nos vamos a salir, para qué arriesgarnos”, expresó un campesino, quien pidió omitir su nombre y guardar su identidad.
“En algunas comunidades de Chicomuselo los grupos armados han dado tres días para que las familias dejen sus ranchos si no cooperas con la organización”, dijo el hombre de edad avanzada.
El contingente fue auxiliado por autoridades municipales de Protección Civil y elementos de la Policía Estatal Preventiva, que desplegó un operativo de seguridad únicamente al embarcadero ´Los Capulines´ de donde los desplazados partieron rumbo a las comunidades de origen.
Otro de los mexicanos que regresaron a comunidades en el sureste mexicano indicó que “todo empezó porque nos quiere cobrar, la organización del maíz 1.000 pesos (unos 58 dólares) por bulto de maíz”.
Además, contó a EFE: “No podemos pagar esa cantidad, es por eso que nos están presionando”, entre encuentros violentos con la organización del Maíz, que es identificada por los pobladores como un brazo operador del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
“Se atendió a más de 400 personas desplazadas de dos comunidades y hoy retornan las últimas 68 personas y se les brindó alimentos, cobijo, atención médica y hoy retornan con todas las garantías”, expresó Gregorio Pascacio Espinosa, delegado de Protección Civil de Socoltenango.
Este retorno se da en medio de una guerra desatada por los Carteles de Sinaloa y el CJNG afectado a más de 250.000 habitantes de 14 municipios de la región sierra fronteriza, uno de los tres corredores donde hay trasiego de tráfico humano, droga y armas.
De acuerdo con organizaciones, cerca de 20.000 personas se encuentran desplazadas forzadamente de unos 30 municipios indígenas de Chiapas debido a la violencia por grupos armados que buscan controlar estos territorios.En los últimos años, las comunidades indígenas de Chiapas han advertido un aumento en la violencia e inseguridad en el estado.
Activistas, organizaciones y comunidades han señalado el clima de “guerra civil” que se vive en el sureño estado mexicano por los conflictos armados, presencia de grupos del crimen organizado, provocando homicidios, desapariciones y desplazamientos forzados, en particular en comunidades indígenas y afines al Ejército Zapatista de Liberación Nacional.