Ciudad Juárez (México), 28 may (EFE).- A una semana del anuncio de la continuidad en la aplicación del Título 42, norma utilizada por Estados Unidos para expulsar de forma exprés a indocumentados durante la pandemia de covid-19, la desilusión e incertidumbre se han instalado en miles de migrantes de distintos países que permanecen en la mexicana Ciudad Juárez, estado de Chihuahua, frontera con EE.UU.
El fin de la medida se había anunciado para el 23 de mayo y ante ello un gran número de indocumentados de países del Caribe, Centro y Sudamérica pensaron que podrían cruzar por esta frontera hacia Estados Unidos y así cumplir su sueño americano, pero tres días antes, un juez de Luisiana frenó la decisión del Gobierno de Joe Biden.
La norma es una medida de deportación rápida de indocumentados amparada en la pandemia que impusieron los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) en 2020, durante el mandato de Donald Trump (2017-2021), y que permaneció en vigor bajo la Administración de Biden.
Pero el lunes 23 cientos de haitianos se congregaron al exterior de la catedral de Ciudad Juárez para solicitar apoyo a las autoridades eclesiásticas e un último intento de arreglar su situación migratoria, esto debido a que los caribeños pensaban que estaba cerca la apertura de la frontera entre ambos países.
Hasta antes del 20 de mayo, el Gobierno de Joe Biden se mantenía en su decisión de eliminar la medida, pero el juez Robert Summerhays del estado de Luisiana, ordenó al continuar con la implementación de esta ley acabando así con la posibilidad de levantarla y con la ilusión de los migrantes.
DESILUSIÓN Y DESESPERACIÓN
Altamente desilusionada y hasta cierto punto desesperada, Doris Centeno, una mujer de origen hondureño y quien tiene tres meses viviendo en el albergue Casa del Migrante en Ciudad Juárez contó a Efe que al enterarse de la vigencia del Título 42 sintió que sus sueños se truncaron, pero “con mucha fe le pido a Dios fuerzas” para seguir esperando arreglar su estatus migratorio.
“Espero que tarde o temprano ese señor (Joe Biden), reflexione y nos deje cruzar, no somos delincuentes, a nadie le gusta salir de su país, salimos por problemas y le pedimos que sea más humano”, dijo Centeno.
Contó que en su travesía para llegar hasta esta ciudad ha “sufrido demasiado” y reconoció que varios de los migrantes con los que viajaba habían claudicado o, en algunos casos, habían muerto.
Otro caso es el de su compatriota Velquis Zulema, quien declaró a Efe que se sintió muy mal y muy triste el viernes 20 cuando se dio a conocer que permanecía la medida “pero vamos a seguir luchando para poder cruzar”.
Con una situación económica complicada, los migrantes esperan que el panorama cambie y puedan arreglar su papeles, pero al mismo tiempo deben de enfrentar la realidad y para sobrevivir tienen que trabajar para obtener dinero y comprar artículos de primera necesidad.
ALBERGUES A SU MÁXIMA CAPACIDAD
Francisco Javier Bueno, sacerdote que trabaja en el área administrativa del albergue Casa del Migrante, platicó a Efe que a pesar de la decisión de Estados Unidos, la ayuda y el apoyo para con los migrantes se mantiene.
“Para nosotros no cambia la labor con ellos, varios migrantes esperan respuestas de sus casos ya sea que se retirara o no el Título 42”, expuso.
Desde que iniciaron las caravana de migrante a finales de 2018 e inicios de 2019 la población de este refugio es variable aunque la demandan aumenta constantemente.
El padre Javier Calvillo, director de este refugio, comentó que hasta hace unos días albergaban a 250 migrantes y actualmente son 350.
“No solamente son aquellos que vienen por el Titulo 42, no solo son los que pensaron que terminaría esta ley, sino los que también siguen llegando con la esperanza de poder cruzar”, declaró Calvillo.
Por su parte, Grissel Ramírez, encargada del albergue “Esperanza para Todos”, comentó que en su caso tiene una capacidad para 180 personas y debido al anuncio la cifra creció a 230 indocumentados.
Contó que hay migrantes que le han dicho que aún tienen la ilusión de poder ir a Estados Unidos y ella continuará dando abrigo a estas personas.
“Con la ayuda de Dios es como se les brinda la ayuda que requieren, hay quienes han llegado en la madrugada pidiendo apoyo y seguiremos otorgándolo a quien tenga la necesidad”, dijo a Efe.
El pasado lunes, la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) México denunció que el Título 42 era una norma “que no tiene nada que ver con la salud ni con la pandemia y solo es una medida para la expulsión masiva de migrantes”.
La región vive un flujo récord hacia Estados Unidos, cuya Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) detectó a más de 1,7 millones de indocumentados en la frontera con México en el año fiscal 2021, que terminó el 30 de septiembre.
México deportó a más de 114.000 extranjeros en 2021, de acuerdo con datos de la Secretaría de Gobernación del país.
Mientras, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) recibió un récord de 131.448 solicitudes de refugio en 2021.