Miami, 21 may (EFE).- El gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha perdido fuelle en la carrera hacia las primarias republicanas de 2024, pues está cada vez más lejos en las encuestas del favorito, Donald Trump, y metido en un atolladero por el conflicto con Disney, pero, como dicen los expertos, “en política no hay imposibles”.
“El calendario no le ha favorecido”, reconoce a EFE el analista republicano Alfonso Aguilar en referencia al momento elegido por DeSantis para oficializar una candidatura que se daba por descontada desde hace meses y que finalmente desvelará esta semana que entra, de acuerdo con sus allegados.
Las encuestas revelan que la intención de voto por DeSantis es actualmente la más baja (menos de 20 %) desde noviembre de 2022, cuando el expresidente Donald Trump, que le apadrinó para que alcanzara la gobernación en 2018, sorprendió con una candidatura a las primarias muy adelantada.
Ya entonces se supo que el duelo por quedarse con la baza para pelear por la Casa Blanca con el candidato presidencial demócrata, que será el actual presidente Joe Biden, iba a ser entre Trump y DeSantis quien fue reelegido en 2022, esta vez por una gran mayoría y sin ayuda del expresidente.
El gobernador de 44 años llevaba al principio la delantera en las encuestas pese a no ser oficialmente candidato, pero ahora que está a punto de serlo, Trump cuenta con una ventaja de 34 a 45 puntos.
REMONTAR A TRUMP, UNA TAREA DIFÍCIL
“Va a ser difícil remontarlo. Correr contra Trump no es poca cosa”, dice Aguilar, vicepresidente senior y director político del grupo Americano Media, quien considera que si no estuviera el expresidente metido en la contienda, DeSantis sería un candidato republicano imbatible.
“Si después del anuncio de su candidatura, hay un repunte” de DeSantis en las encuestas, será una señal muy positiva, dice.
Trump no solo le ganó el terreno con los votantes, también entre los congresistas y otros cargos republicanos. “DeSantis tiene muy pocos apoyos en comparación”, dice.
Y recientemente los candidatos en elecciones especiales de varios estados a los que DeSantis les dio su apoyo salieron derrotados, como se encargó rápidamente de señalar Trump, quien no pierde ocasión de arremeter contra “Sanctimonius” (mojigato), como le llama.
Pero el hecho de que DeSantis aparentemente ya no sea un candidato tan prometedor no puede atribuirse solo al tiempo elegido para inscribirse como candidato ni a la popularidad de Trump.
Sus propias acciones y políticas también le han pasado factura.
La derechización de Florida a base de polémicas leyes aprobadas sin dificultad en un Congreso estatal dominado por el Partido Republicano le ha enemistado con los afroamericanos, los miembros de la comunidad LGTBQ+ y los latinos no solo de su estado sino del resto del país, por no hablar de las mujeres defensoras del derecho al aborto.
Pero, además, está metido en una “ratonera”, en palabras de Trump, por un conflicto con Disney que ya se ha traducido en la retirada de una inversión por parte del grupo que es el mayor empleador de Florida y en un litigio judicial con demandas y contrademandas siempre costosas y desgastantes.
El conflicto se inició a raíz de que la compañía de entretenimiento se opusiera públicamente a una ley promovida por el gobernador, conocida por sus críticos como “Don’t Say Gay”.
Poco después DeSantis respondió impulsando una ley para quitarle a Disney el autogobierno que ejercía en sus posesiones de Orlando (Florida) desde hace más de 50 años, algo que el grupo empresarial vio como “una represalia”.
Aguilar no cree que todo eso perjudique a DeSantis en la carrera para las primarias. Esas cosas cuentan solo en el “segundo capítulo” de las elecciones, la carrera presidencial en si, en la que los candidatos se “reinventan” para ganar más votos, dice el analista.
El principal atractivo de DeSantis para los votantes republicanos es, según este analista, que es “fiel a sus valores” y “auténtico” y está dispuesto a ir contra lo que ve incorrecto “de manera clara y decisiva”. Mostrarse “fuerte” le beneficia, dice
Graduado “cum laude” de las universidades de Harvard y Yale, exmiembro de la Marina, asesor legal de la fuerzas especiales en Irak y fiscal en la prisión de Guantánamo, DeSantis es un candidato conservador “formidable”, según Aguilar.
La pena es que tenga a Trump de rival.